Moscú se nos presentó fría y autómata, como la megaurbe que es. Nuestro tren llegó puntual a la Leningradsky vokzal (Ленинградский вокзал) y tuvimos que enfrentarnos al metro que más gente absorbe del mundo, en plena hora punta, en la estación que recibe a los miles de pasajeros de tres estaciones de tren colindantes que llegan de las ciudades dormitorio para trabajar en la ciudad. No fue fácil pasar con la maleta y adentrarnos con la marea de gente, pero lo conseguimos.
Nada más bajar al andén, nos quedamos maravillados con la arquitectura de la estación de Komsomolskaya (Комсомо́льская), en la línea 1. El techo amarillo contrasta con los mosaicos de temática soviética, pero no era momento de quedarse encantados. Cada minuto llegaba un metro y subían y bajaban cientos de personas.
A dos estaciones de metro y un transbordo de distancia se encuentra el hostal donde nos alojamos en Moscú. Fue bastante complicado encontrar alojamiento bien de precio y que tuviera buenos comentarios. El alojamiento en Moscú es muy caro para la calidad que se ofrece, de modo que cuesta mucho encontrar una habitación doble por poco más de 50 euros, aunque sea sin baño ni desayuno. Y si se quiere baño o desayuno, el precio sube a más de 120 euros la noche.
El Fresh Hostel tiene de todo menos frescura, lo que se debe al hacinamiento de los huéspedes y a la falta de ventilación, pero al menos, nuestra habitación tenía una ventana con mosquitera que daba a la calle y se estaba muy a gusto. Dejamos nuestras cosas y nos dirigimos a visitar el Kremlin y la Plaza Roja, pero antes, nos bajamos en la estación de metro de Kitai Gorod (Китай-город), justo a dos estaciones del hostal.
El barrio de Kitai Gorod fue el primer emplazamiento situado fuera de los muros del Kremlin, al oeste. Actualmente, es un barrio de edificios antiguos que albergan organismos del estado. También hay algunas iglesias, como el monasterio de Zaikonospassky y el monasterio de la epifanía, y edificios históricos como la casa de los Romanov en Zaryadie (casa de los futuros zares de Rusia cuando eran meros nobles) y el Antiguo Palacio Inglés, donde se alojaron los emisarios de la reina Isabel I de Inglaterra cuando entabló relaciones comerciales con Iván el Terrible.
Acercándonos a la Plaza Roja, el barrio se convierte en un bulevar de boutiques de moda de diseñadores de alta costura y de artículos de lujo en un ambiente de lo más chic. Si Marx levantara la cabeza… Pero no nos engañemos, la atracción principal de Moscú es la Plaza Roja y el Kremlin. Y yo admito que hasta que llegué allí no sabía muy bien qué se encierra entre sus muros.
Desde 1147, el Kremlin ha sido el emplazamiento del estado ruso. Sin embargo, en 1812 Pedro el Grande se llevó la capitalidad a San Petersburgo y no fue devuelta a Moscú hasta 1917, cuando Lenin salió pies para que os quiero para refugiarse en los muros del Kremlin. De hecho, kremlin significa «plaza fuerte», así que no es de extrañar que todo el conjunto esté rodeado por unos muros enormes y torres de vigilancia del color rojo que han dado el nombre a la plaza. Hasta que me enteré de eso siempre había asociado el color rojo de la plaza al comunismo, pero estaba equivocada.
Cerca de la torre Kutafya (Кутафья башня) se venden las entradas para visitar el Kremlin. Hay una taquilla a cada lado de la torre y otra en el jardín Alexandrovsky, en las que apenas hay cola. Eso lo supimos después de hacer más de una hora de cola debajo del solano a las dos de la tarde. En las taquillas se pueden comprar las entradas para el Kremlin (350 rublos) y para la Armería (700 rublos). En nuestro caso, solo compramos las del Kremlin por el precio y por el poco tiempo que teníamos para visitar el lugar (se cierra a las 17.30h).
Se accede al Kremlin a través de la misma torre de Kutafya y, una vez pasados los torreones, nos reciben tres edificios. Uno de arquitectura comunista y dos clásicos que albergan oficinas gubernamentales y el senado. Más allá, llegamos a una explanada en la que se alzan tres iglesias y tres catedrales, y eso me sorprendió.
Había asociado erróneamente el Kremlin con la era soviética, cuando ha sido durante muchos más años sede de zares y príncipes gobernantes. Así que no era de extrañar que hubieran tantas iglesias y catedrales. Con el precio de la entrada se puede acceder a todas excepto al campanario de Iván el Grande.
Sorprende y mucho el interior de las iglesias ortodoxas, no solo por sus cúpulas en forma de bulbo, sino porque todo el interior está recubierto de pinturas, sin dejar ni un solo milímetro sin pintar. La catedral de la Asunción, la iglesia de la Deposición del Manto, la catedral del Arcángel y la catedral de la Anunciación son las iglesias principales que hay en el recinto del Kremlin y, aunque Pedro I el Grande se llevara la capitalidad de Moscú, las coronaciones siguieron haciéndose en la catedral del Arcángel. La visita con la audioguía dura una hora más o menos y en un par ya estábamos saliendo por la puerta en dirección a la Plaza Roja.
Fuera de los muros de palacio, el espacio adyacente se usó para todo tipo de muestras de poder y mercadeo. Así nació la Krásnaya plóshchad’ (Красная площадь/Plaza Roja) que sin duda es el punto más conocido de Moscú. En un extremo nos encontramos con el Museo de Historia del Estado y la catedral de Kazán, al otro, la catedral de San Basilio y en los flancos laterales, la muralla del Kremlin con la tumba de Lenin y en frente los grandes almacenes de gran lujito GUM (ГУМ).
Me habían advertido de que era más pequeña de lo que parecía por la tele, pero a mi me pareció enorme. O tal vez se debiera que ya no me sentía las piernas y, encima, como estaban montando unas gradas para un evento militar folkórico, nos hacían dar mas vueltas de lo necesario para ir de una punta a la otra.
Cuando llegamos por fin a la catedral de San Basilio, entramos sin pensárnoslo dos veces. Apoquinamos los 250 rublos de la entrada y, además, como me sentía generosa, los 160 rublos para poder hacer fotos. Con la ilusión de una niña pequeña, me dispuse a entrar en la catedral para llevarme una gran decepción, bueno dos. Una porque era más de lo mismo visto dentro del Kremlin, no me malinterpretéis, quizás después de pagar 250 rublos me esperaba fuegos artificiales y no fue así. Y dos porque todo el mundo estaba haciendo fotos sin haber pasado por taquilla antes. Eso sí, ya que había pagado, me dediqué a tirar fotos como una posesa para recuperar ni que fuera mínimamente mi inversión.
La catedral de San Basilio es sin duda el símbolo de Moscú y fue terminada en 1561 por encargo de Iván el Terrible, pero sus cúpulas y mayor símbolo no fueron finalizadas hasta 1670. Que cada uno decida qué hacer, pero mi mayor recomendación es que si realmente se quiere visitar la catedral de San Basilio por dentro, lo mejor es que lo haga antes de visitar el Kremlin.
Acabadas las visitas, decidimos ir a comer-merendar-cenar. A esas alturas, todavía no estábamos orientados en la ciudad. Cerca de la Plaza Roja, a unos diez minutos andando desde la torre Kutafya, se encuentra la calle Arbat, una calle peatonal repleta de restaurantes para todo tipo de bolsillos. Nosotros aún no lo sabíamos, así que entramos en los grandes almacenes GUM para ver si había algún sitio para comer.
Antiguamente, eran los grandes almacenes estatales donde la gente hacía cola para cambiar los cupones por unos pocos artículos básicos. Desde que el capitalismo entró como una avalancha en el país, el GUM se ha transformado en unos bonitos e impolutos grandes almacenes llenos de tiendas de lujo. Aun así, en la última planta hay un restaurante tipo bufet que no tiene precios nada desorbitados. Se puede elegir entre blinis, sushi, comida típica rusa y comida italiana.
Tras la comida-cena, volvimos andando de nuevo a la estación de Kitai Gorod para ir al hostal y no despertar hasta la mañana siguiente.
Datos de interés:
1. Billete de metro: 28 rublos
2. Fresh Hostel. Habitación doble sin baño ni desayuno: 2300 rublos.
3. Kremlin: entrada: 350 rublos; audioguía en español: 200 rublos; entrada a la Armería (que no fuimos por el precio): 700 rublos. Las mochilas se tienen que dejar en la consigna que hay a la derecha de la torre Kutafya bajando las escaleras hacia el jardín Alexandrovsky (100 rublos). Las entradas se pueden comprar en las taquillas que hay a ambos lados de la torre y en las que hay en el jardín. El Kremlin cierra a las 17.30 h, pero atención que la audioguía se tiene que devolver antes de las 17, hora en que cierran las taquillas.
4. Catedral de San Basilio. Entrada: 250 rublos; permiso para fotos: 160 rublos; audioguía: 200 rublos
Siempre había pensado que el Kremlin era algo así como La Moncloa de nuestro presidente y que no se podía visitar por dentro… Me apunto entrar antes en la catedral de San Basilio!
Saludos
Hola M.C.
Pues yo pensaba lo mismo, creía que sería un recinto con edificios comunistas horribles y mira por donde la sorpresa que nos llevamos ^^
Jo també creia que la Plaça Roja es deia així pel comunisme, quines coses… Gràcies pels apunts històrics!
Alguna vez que he estado a punto de ir a Moscú miré hoteles y tienes toda la razón, algunos parecían cuchitriles y a precios desorbitados, me ha hecho gracia lo que de fresco no tenía nada, jejejeje.
Moscú es otro de mis sueños pero tendrá que esperar, yo me voy apuntando todo por si las moscas!!! Un besote. 😉
Ja, ja! Es que encima te tenías que quitar los zapatos al entrar y en recepción había como 20 pares y un hedor a pies que no veas… XD
Está claro que el metro es un auténtico monumento, como se disfruta cada estación que se visita, especialmente las más destacadas.
A mi me pasó lo mismo San Basilio, con lo que mola su exterior, a mi el interior me dijo más bien poco.
Saludotes!!!!
Hola José Carlos!
Sobre la catedral de San Basilio yo creo que si hubiera sido la primera que visitamos nos hubiera encantado, pero a esas alturas ya teníamos un poco de saturación…
te falto tiempo para hacer el rrecorrido en bote o yate, a travez del rio moscu, es gratificante, desdee el rio tienes otra perspectiva de la ciudad y el kremlin
No dejes, de platicarnos TODOS, tus comentarios, cuando viajas, sirven de mucho, un abrazo. Gracias.
¡Mucha gracias Javier! 😀 Me alegro que sean de interés ^^
Es una de mis asignaturas pendientes, me encanta ese tipo de arquitectura, por eso decidí el verano pasado visitar Ucrania ya que es muy parecido y han tenido un pasado soviético muy parecido.
Me gustaría visitar Bielorusia y los demás países de la antigua URSS y esperar a ver si algún dia los rusos »se bajan del árbol» y no cobran visado, o tienen una tasa razonable 15-30 euros.
Se que algún día visitaré aquello.
Me encantan tus fotos, y tampoco sabía que se podía visitar por dentro, que pasada!.
un saludo.
Jesús Martínez
vero4travel.com
¡Hola Jesús!
Es cierto que Rusia es bastante caro el visado y no creo que de momento los bajen 🙁 Igualmente merece mucho la pena.
He visitados las 7 maravillas del mundo actual,El Taj Mahal,Machu Picchu,La Muralla China, El Cristo Redentor,Petra,El Coliseo Romano y Chichen Itza.Ahora me voy a Moscu,La Plaza Roja con la Catedral de San Basilio en mi decimo viaje a Europa.
Felicidades Joaquin. Nosotros visitaremos en breve la Muralla China y nos quedará por visitar el Cristo Redentor, pero de momento tendrá que esperar ^^
A mi lo que me decepcionó fue la plaza Roja en sí, ya que la vi ocupada por un enorme escenario y no se podía apreciar la magnitud de ella ni la bonita vista de la catedral al fondo…
San basilio es cierto que es más de lo mismo respecto a decoración interior, incluso más cutre que otras… pero lo bonito era ver que se trataba de varias iglesias convertidas a una y eso fue lo que me llamó la atención ya que no tenía ni idea que era así. Yo allí pagué como estudiante enseñando el carnet de mi empresa jejeje… En otros sitios me fue imposible salvarme, pero esa taquillera pasaba de todo.
es imperdonable no entrar a la armeria, es majestuoso, impresionante coleccion de joyas de carrosas y decir que por el precio noooo, comparen la entrada a la estatua de la libertad,o al louvre de paris o a unas copas en cualquier restaurante, es barato por todo lo que tiene e IMPRESIONANTE no puede faltar
Te felicito por tan completo informe. Con mi esposa estamos planificando ir en Mayo/13 y realmente me has sido de una ayuda impagable. Sólo esperamos que los precios no hayan cambiado mucho. Somos de Argentina, y no sabemos ni una sola palabra en Ruso. Toda una aventura. Muchas gracias de nuevo. Si lees esto, quisiera hacerte una pregunta: hay algun cartel en bilingue (ingles) o todo es cirílico?
Hola Alejandro,
En el metro los carteles están escritos en cirilico y alfabeto latín, pero por ejemplo, los nombre de las calles en Moscú solo están en cirilico. En San Petersburgo, al ser más turística, habían más carteles en alfabeto latín que en Moscú. Igualmente si tienes un buen mapa de la ciudad no tienes que tener problemas para orientarte. A la hora de comer, los retaurantes turísticos tienen el menú en inglés. Otra opción es comer en buffet en que tu te sirves que comes y la comunicación es mínima.
Espero que tengáis un buen viaje, ¡seguro que Rusia os gusta mucho! 😀
cual es el costo para ingresar a la armeria y coleccion de joyas en moscu
Hola Susana,
Cuando fui creo que costaba 750 rublos además de la entrada a el Kremlin.
Un saludo,
Isabel
Mil gracias! Buscaba una guía para 8 días por Moscú y San Petersburgo y la tuya me viene que ni pintada, sólo que la haré al revés por conveniencia de precios de billetes de avión 😉 Qué ganas de que llegue ya! 🙂