Hace un par de semanas tuve la suerte de que l’Associació d’empresaris turístics del Montseny me invitara a participar en un blogtrip de cinco días por la zona. Por desgracia, solo pude asistir a una jornada y media junto con Erin de La tortuga viajera, Laurel de Monkeys and Mountains, Elena de Tripwolf, Kriss Ariana de Fashionable travel y un viejo conocido, Eduardo de Hombrelobo, con el que ya coincidí en el blogtrip #startrip en la Riviera Maya.
Vivo a escasamente una hora en coche del Montseny, pero tengo que reconocer que apenas conozco la zona o al menos eso pensé cuando vi el programa, ya que había muchos lugares cuya existencia desconocía totalmente. Shame on me!
El #inMontseny dio inicio el pasado lunes 4 de junio, pero yo me uní al grupo el martes en Sant Esteve de Palautordera. Esa noche la pasamos en el hotel rural Can Vila, un pequeño hotel con mucho encanto y solo siete habitaciones en el recinto de la hípica Can Vila con unas vistas impresionantes al Parc Natural del Montseny.
Allí me reuní con el resto de blogueros participantes y luego descansamos un poco en las habitaciones antes de ir a cenar. Más tarde, al salir del hotel nos encontramos una grata sorpresa: un carruaje Gran Breake nos esperaba para llevarnos al restaurante. Este tipo de carruaje es el que se usaba antiguamente en Inglaterra para la caza del zorro.
Con este estilazo, y sintiéndonos reinas por un día, llegamos al restaurante Can Marc, situado en una masía reconstruida en Sant Esteve de Palautordera. Además de menús, el restaurante sirve comidas de autor y pudimos degustar el menú del chef. Antes de empezar, nos preguntaron si teníamos alguna intolerancia o si había algún tipo de alimento que no podíamos comer y el chef nos sirvió un menú sorpresa: nada menos que seis platos con dos postres y maridaje de vinos delicioso. Mi favorito fue la coca de foie marinada con fresas.
A la mañana siguiente nos despertamos en el hotel Can Vila y tras desayunar dimos un paseo por las instalaciones. Además de una escuela de equitación, también doman y venden caballos preciosos al extranjero. Personalmente, me quedé con ganas de salir a montar a caballo, pero como lo tengo cerca, estoy segura de que pronto lo haré.
Tras la visita al centro de equitación, fuimos a uno de los lugares con más magia del Montseny: el “Circ Cric”. Este circo es propiedad de Tortell Poltrona, uno de los payasos más conocidos de Cataluña, al que todos los de mi edad veíamos por la tele de niños. La carpa del circo está instalada en una explanada en medio del bosque cerca de Sant Esteve de Palautordera.
Cuando llegamos, había cientos de niños jugando y bailando, siguiendo las instrucciones de un payaso, que a la vez nos dio la bienvenida al circo. El mismo Tortell Poltrona salió a saludarnos antes de la actuación para los escolares y Marta Marco (actriz muy conocida en Cataluña) nos hizo de guía. El Circ Cric fue de los primeros circos que tomó la decisión de no usar animales en sus espectáculos. Además, Tortell Poltrona fundó Payasos sin fronteras, una ONG que intenta arrancar una sonrisa a niños (y no tan niños) que viven en campos de refugiados y en zonas en conflicto.
Breda se sitúa a media hora de Sant Esteve de Palau Tordera, y allí está el restaurante El Romaní, donde preparan cocina de mercado e innovadora. Degustamos embutidos de la zona, calamar relleno, entrecot buenísimo y una mousse de chocolate blanco y helado de frambuesa que me fue totalmente imposible acabar (raro en mí que no me acabe un postre), pero es que no podía más.
Quizás lo ideal después de esa gran comida hubiera sido ir andando los doce quilómetros cuesta arriba que hay hasta el Castell de Montsoriu, pero entonces no hubiéramos tenido tiempo de visitar en condiciones este castillo que es el mejor ejemplo de arquitectura medieval mediterránea y se considera uno de los mejores castillos góticos de Cataluña. Yo, en mi línea, lo desconocía totalmente (shame on me again!). Actualmente está en proceso de reconstrucción e incluso hay un work-camp en el que se puede participar activamente como voluntario en la restauración.
Tras la visita al castillo, bajamos hasta Sant Feliu de Buixalleu para visitar el celler Serrat de Montsoriu. Es raro encontrar viñas en pleno Montseny, pero allí nos explicaron el proceso de elaboración del vino en este viñedo que produce a pequeña escala. Los que estéis interesados en el mundo de la enología, allí podéis hacer visitas guiadas y catas de los vinos que se producen.
Tras esta visita, tenía pensado dejar el blogtrip para no tener que ir de vuelta a casa conduciendo de noche, pero Mun Bau, una de las organizadoras, me recomendó que no me perdiera por nada del mundo la cena porque no era una cena, sino… una experiencia de neuro-márquetin gastronómico. Obviamente, tras una definición así, no me la podía perder.
Dicen que el restaurante Les Magnòlies de Arbúcies va en camino de conseguir su primera estrella Michelin. Lo que sí que os puedo asegurar es que en su menú gastronómico nada es lo que parece. Este menú compuesto de 17 platos era toda una experiencia extrasensorial. Por ejemplo, los boquerones de la riera de Arbúcies, la esqueixada de bacalao i los espárragos blancos de temporada. Todo deliciosamente sorprendente. Aunque para una persona que tiene el estómago de un jilguero, tanta sucesión de platos fue demasiada y en el número 13 me tuve que plantar.
Con un poco más de espacio, me reincorporé en el plato 16 para probar uno de los platos estrella del restaurante: el gin-tonic, que fue el postre ganador del concurso «Mejor postre de restaurante de 2011» organizado por el Espai Sucre.
Viendo lo visto y degustado lo comido, esperábamos de todo menos el tradicional combinado de ginebra y tónica… y así fue. Ante nosotros un plato con granizado de ginebra, helado, espuma (diría que de limón), pequeños cubos de pepino, mandarina, ¿quizás también jengibre? Una combinación sorprendente que, aun así, no me acabó de convencer. Quizás porque, aunque ligeramente, se notaba el sabor de la ginebra, que era demasiado fuerte para mi gusto. Aunque el resto de compañeros disfrutaron enormemente con él.
Fue una pena tenerme que ir a mitad de los postres, que es lo que más me gusta de las comidas, pero eran casi las doce de la noche y me esperaba una hora de conducción hasta casa.
Lo que he aprendido de este blogtrip es algo que de sobras ya me temía: que conozco mejor zonas remotas del planeta que las que tengo al lado de casa ¡y me avergüenzo! Por eso, en adelante prometo escribir más sobre los encantos que me rodean.
Fue un viaje increíble! Ya tengo ganas de volver!
Erin,
La próxima vez tenemos que ir a buscar castañas por el Montseny. 😀
Gran lugar el Montseny…..buenas setas y hongos que he cogido.
Saludos
Echo de menos las comidas … 🙂
¡Ja, ja! ¡Yo también! 😀
Estaremos encantados de volváis, aquí estaremos!!!
Muchas gracias por la iniciativa. Seguro que pronto estaré por allí.
Hola Isabel,
Me ha hecho mucha ilusión leer este post porque aunque vivo en Madrid desde hace un año y medio yo soy de la zona del Montseny (Hostalric)y solía ir a menudo a cenar al Romaní de Breda con lo que he me han venido a la memoria muy buenos recuerdos. Me alegra que disfrutarais de la zona!
Un abrazo!!
¡Hola Anna!
Me ha encantado la zona. De pequeña solía ir a menudo porque mi tía era masovera en una masia de Gualba, pero desde entonces casi no había vuelto por el Montseny. He descubierto lugares preciosos al lado de casa.
Un saludo,
We love Montseny!!! 😀 hay que hacer más turismo local que en Catalunya tenemos unos paisajes «ben bonics»!
Abrazo!
Roser,
Tienes toda la razón, pero no sabemos vendernos. 🙁
Aix, m’has fet recordar quan era petita i els meus avis em portaven al Montseny a trepitjar neu durant l’hivern. També m’agradava un hotel molt maco on hi havia uns Sant Bernats molt grans (era com estar a la sèrie de la Heidi i veure uns Nieblas ^^).
Ja, ja! Jo recordo anar amb l’institut per anar a veure la neu. Quins records…
Una zona preciosa ensalzada con una comida excelente, fui el año pasado y ya estoy deseando hacer otra escapada por la zona.
Un besote !!!
Vaya, qué comilonas!!! Lo del postre no tiene perdón, jejejeje. Mira que no acabártelo… Toda la zona del Montseny es preciosa, yo he estado unas cuantas veces y la verdad que para una escapada de relax está fenomenal. Un abrazo. 😉
¡Hola chicos!
Cuando queráis podemos ir. Organizan visitas guíadas por la zona los domingos! 😀