Supongo que os habréis percatado que en las entradas hago pocas referencias específicas sobre lo que visitaremos, y es que eso lo reservamos para cuando escribamos el diario del viaje. Lo que estuvimos el otro día hablando es sobre lo que no visitaríamos en Kyoto. No porque no merezca la pena ir, sino como ya he ido, preferimos aprovechar para ver cosas nuevas.
Uno de los templos al que no iremos, pero que es muy recomendable, es el Pabellón Dorado (Kinkaku-ji). El Kinkaku-ji tiene este nombre porque está recubierto de pan de oro. Lo más impresionante es que está en medio de un estanque y su silueta dorada se refleja en el agua. Ésta es una de las fotos más típicas de Kyoto. Recuerdo que cuando fuimos había decenas de japoneses haciéndose fotos con su móvil y era un poco difícil hacerse un sitio.
Otro lugar destacado de Kyoto es el Ginkaku-ji, o el pabellón de la plata. Aunque éste no está recubierto de plata porque el Shogun Yoshimasa, que fue quien lo mandó construir en 1482, se quedó sin presupuesto. El Ginkaku-ji está rodeado de bosques de bambú y en él se respira mucha paz.
El castillo de Nijo, aunque más que un castillo parece un palacio. Es una fortaleza del 1603 que fue la residencia del Shogun Ieyasu Tokugawa. Es un castillo que es en una planta y está rodeado de jardines. Lo más destacado es el suelo de madera que chirría cuando caminas, no es que sea de viejo, sino que fue diseñado así para advertir la presencia de la gente y posiblemente de los adversarios. Personalmente me pareció un poco aburrido porque el interior esta vacío de muebles y objetos de la vida cotidiana, aunque hay una sala en la que se representa con maniquíes como era una recepción oficial.
El Fushimi Inari está a 5 minutos en tren desde Kyoto (parada Inari línea JR Nara, 140¥). Lo curioso de este templo es que los comerciantes piden por la prosperidad de sus negocios poniendo una “Tori” (puerta) con el nombre de su empresa gravada en ella. Hay tantas alineadas que hay como unos 4 kilómetros. La visita te puede llevar 2 horas, pero nosotras solo aguantamos 15 minutos caminando, porque al ver las pedazo telarañas que había entre puerta y puerta me dio bastante yu-yu. Igualmente merece la pena ir, caminar por allí y escribir una tablilla con forma de cara de zorro pidiendo un deseo.
Otra cosa que no visitaremos será el Kyomizu-dera de noche (aunque sí lo haremos de día). Básicamente porque sólo se puede visitar durante 3 días de agosto, y yo por suerte estuve en esas fechas y lo pude visitar.
Si os sobra tiempo podeis hacer una visita a «Arashi-yama». A mi me gusta bastante, aunque es para pasar el día en plan de tranquis y si teneis las horas contadas no vale la pena
Me acabas de joder con lo de las tela de araña en los Tori… Jejejejeje… Iré atento!
Je, je, je! Es que eso no lo cuentan normalment, eh?