Seguimos con los relatos del viaje a Uganda por libre que hicimos en octubre de 2012. Ese día continuamos explorando el parque nacional de Queen Elizabeth.
Por norma general, cuando se hace un safari en África solamente se visitan las maravillas naturales del país. Sin embargo, el safari que hicimos con Red Chilli fue un poco diferente. Esa mañana nos levantamos pronto para visitar las cercanas aldeas de Kienke y Kagando, situadas a los pies de las montañas Rwenzori, acompañados por Joseph, un guía muy campechano.
El poblado de Kienke está a unos veinte minutos del campamento donde nos alojamos, en dirección a la frontera con el Congo. La calle principal del pueblo es la típica que vimos en otros poblados de Uganda: una calle principal de pista con algunos edificios bajos, un colmado, una tienda de móviles y algún que otro bar, nada más. Joseph nos llevó por un sendero que partía de la calle principal y, poco a poco, nos fuimos adentrando en la naturaleza, donde los lugareños tenían algunas parcelas que cultivaban.
Joseph nos fue explicando los diferentes tipos de cultivos que nos íbamos encontrando, como el café, el plátano y el aloe vera, que mayormente se cultivaba para consumo propio. Entre explicación y explicación, nos iba haciendo preguntas sobre nuestros países y recibió algunas respuestas que pareció que le sorprendieron bastante. En el campo, solo veíamos a mujeres y niños trabajando la tierra.
Andamos casi una hora hasta llegar a una pequeña casa donde nos esperaba un grupo de mujeres. Era la asociación de mujeres de la zona, un lugar en el que se reúnen para discutir sus problemas e intentar encontrar soluciones entre todas.
Para darnos las bienvenida, nos cantaron unas canciones tradicionales, acompañadas de bailes. Por un lado, nos sentimos un poco como el hombre blanco a quien reciben con canciones, pero por otro, fue muy emocionante oír a aquellas mujeres cantar canciones sobre sus problemas y en sus expresiones que estaban felices de estar allí cantando y bailando.
Tras la bienvenida musical, todos nos sentamos en círculo para charlar un rato. Las mujeres nos hicieron muchas preguntas sobre nuestros países y costumbres. Por ejemplo, una mujer nos preguntó si, al casarnos, el marido tenía que pagar una dote a la familia de la novia. En la Uganda rural el futuro marido tiene que pagar un cierto número de cabras y litros de cerveza a la familia de la novia, una cantidad que se negocia con el padre de la chica.
También nos preguntaron si las mujeres de nuestro país necesitábamos el permiso del marido para hacer algunas cosas, ya que en su caso, para acceder a la asociación de mujeres tenían que tener el consentimiento marital. Otra pregunta que nos hicieron es si teníamos planificación familiar. Uganda es uno de los países con mayor índice de natalidad, donde desarrollar la planificación familiar es complicado. En primer lugar por motivos culturales y, segundo, porque la mayoría de hospitales de las zonas rurales están gestionados por religiosos cristianos que no permiten el uso de preservativos.
Los malos tratos también era algo que las preocupaba especialmente. Nos preguntaron si en España también se daba y también nos preguntaron si también había poligamia. Por nuestra parte, les preguntamos por qué en los campos solo había mujeres trabajando y nos contaron que era obligación de las mujeres cuidar de la casa, de los hijos y de hacer la comida, y eso incluía cultivar el campo. En cambio, el hombre se encargaba de salir del pueblo a buscar el dinero.
La charla con ellas estuvo muy bien, pudimos hacernos una idea de la situación por la que pasan muchas mujeres del país y a todos nos encantó la experiencia. Joseph nos explicó que esta visita se alternaba con la de la escuela del pueblo. Unos grupos van a la asociación de mujeres y otros visitan la escuela.
Por la tarde, el pack que habíamos contratado ofrecía una alternativa: ir a rastrear chimpancés en el cañón de Kyambura o ir a dar un paseo por el bosque de Maramagambo. El rastreo costaba unos 50$ extras y, como ver a los chimpancés en libertad es muy complicado porque no paran de moverse por las copas de los árboles, nos decantamos por hacer la otra actividad.
Sin embargo, al llegar al lugar nos arrepentimos un poco porque el cañón de Kyambura era espectacular. De las llanuras de clima seco se forma repentinamente una grieta enorme en la tierra que se hace muy profunda y donde crece una selva tropical muy frondosa. Además, en este cañón también pueden llegar a verse elefantes, búfalos y hipopótamos en el río estrecho que recorre el punto más profundo.
Los otros tres integrantes del grupo se internaron en el cañón y nosotros dos nos dirigimos hasta el bosque. Allí nos guió Stephanie, una guardabosques, que nos explicó que allí se podían ver seis tipos de monos y primates, y ocasionalmente, chimpancés.
Durante nuestro paseo, avanzando por un camino rodeado de lianas de formas extrañas, tuvimos la oportunidad de ver una familia de babuinos, tres monos Columbus de cola blanca y una cueva donde había más de 100.000 murciélagos agarrados al techo rocoso. El ruido de sus chillidos y el olor del guano era espectacular.
La actividad estuvo bien porque, por primera vez en unos días, estuvimos los dos solos. No obstante, al volver con el otro grupo nos explicaron que sí habían logrado ver algunos chimpancés entre los árboles, así que tal vez sea más recomendable la excursión al cañón.
Ese fue el penúltimo día en el Queen Elisabeth National Park. Al día siguiente, el resto del grupo regresaba a Kampala, pero nosotros improvisamos otros planes.
Si quieres saber más sobre el viaje a Uganda por libre puedes leer la guía resumen del viaje de 15 días por libre a Uganda.
Datos de interés:
Safari de cuatro días y tres noches en el Queen Elizabeth NP con Red Chilli Hideaway: 350$ (actualmente son 400$).
M’ha semblat molt interessant que poguéssiu compartir una estona amb les dones del poble i fer un intercanvi d’impressions.
El cañón sembla increïble… i igualment vau poder veure monetes 😉
Muy chulo todo lo que hicisteis en la excursión. Choca mucho la diferencia de cultura entre la Uganda rural y la que tenemos aquí.
Un saludo