Durante todo el viaje, hemos pensado en Bundi como el lugar en el que haríamos todo aquello que por las prisas y el nivel de movimiento del viaje aún no habíamos podido hacer con cierta calma. Pues bien, justo al llegar allí, un gran cansancio se apoderó de mí y me tuvo K.O. durante dos días. Tenía tanto en mente relajarme allí, que en lugar de eso, me salió todo el cansancio acumulado. Bundi es un pequeño pueblo con un palacio y un fuerte en lo alto de una colina rodeada de casas azules a sus pies. Como Jopdhpur, pero menos turístico y, eso sí, un poco más perro-flauta de lo que yo esperaba. Lo bueno es que si bajabas al pueblo, encontrabas la India en estado puro. Estos tres días hemos aprovechado para dormir, recuperarnos de algunos dolores leves, ir al cine y, sobre todo, recuperarnos para la etapa final de nuestro viaje.
¡Saludos!
Me gusta muchísimo esta foto. La niña, los colores vivos y la sonrisa cómplice del hombre. Dice mucho pese a ser sencilla.
Bueno, en algún momento tiene que salir el cansancio acumulado. Aún así no os habéis privado de nada, por lo que parece 🙂 Esto de las postales de la India es una idea genial. Así nos vas poniendo los dientes largos para cuando nos lo cuentes todo, todo y todo…
A mi también me gusta la foto, tiene mucho colorido y la mirada del abuelo es una pasada.
Mo, me alegro que os guste las postales, no sé porqué no lo había hecho antes…
Saludos,