Cuanto más viajamos, más valoramos las pequeñas experiencias que podemos vivir en un destino como si fuésemos autóctonos. Porque es muy sencillo visitar los puntos más emblemáticos y más famosos de un país, pero todo se complica cuando se quiere vivir esos mismos lugares como los propios lugareños. Y es que una de las cosas que más enriquecen al viajero son aquellas experiencias únicas que no aparecen en las guías de viaje.
Con esta premisa, hace unos meses empezó su andadura la empresa española Trip4real, un portal que pone en contacto viajeros y gente del lugar para vivir experiencias de todo tipo: deportivas, gastronómicas, culturales, compras… todo lo que uno pueda imaginar.
Gracias a Trip4real y a Blog on Brands tuve la oportunidad de hacer una de esas actividades que siempre había tenido ganas de hacer, pero que nunca había hecho: navegar en velero por la costa de Barcelona. Así pude contemplar el skyline de la ciudad y darme un bañito en alta mar.
A las diez de la mañana nos citamos en el puerto Olímpico de Barcelona para ir hasta el amarre donde estaba el velero. Se trataba de un velero de regata Beneteau 47.7 con dos baños con ducha y una cocina equipada, así como cuatro cabinas para acomodar perfectamente a ocho pasajeros. El barco también se puede alquilar para ir hasta las islas Baleares, navegar por el Mediterráneo o, ¿por qué no? cruzar el Atlántico. Eso sí, hay que tener tiempo, porque la velocidad de navegación es tan solo de 14 kilómetros por hora.
Después de presentarnos el barco, zarpamos para poder contemplar Barcelona desde otro punto de vista. Nunca había visto la ciudad desde el mar y me pareció muy bonito. Al poco de zarpar, nuestro capitán solicitó la ayuda de un grumetillo para comandar el barco mientras desplegaban las velas.
Yo nunca había patroneado un barco y, como yo me apunto a un bombardeo, no me lo pensé dos veces para ponerme al timón. Obviamente, la sensibilidad es muy diferente a la de un coche y en algún momento temí chocarme con otros barcos, porque, curiosamente, los domingos por la mañana hay mucho tráfico en la costa de Barcelona. También me daba miedo equivocar el rumbo y acabar comprando ensaimadas y sobrasada en Mallorca. Sin embargo, todo fue perfectamente y dirigir el barco un rato hizo la jornada aún más auténtica y especial.
Una vez izadas las velas, paramos el motor y empezamos a navegar a vela, esta vez más pausadamente, disfrutando de las vistas y de la conversación con los compañeros de viaje. Entonces es cuando más se nota el vaivén de las olas, por lo que si se es propenso al mareo puede causar algo de indisposición. Por eso, antes de zarpar es aconsejable tomarse una biodramina por si las moscas.
De todas formas, nuestro anfitrión nos comentó que el mejor remedio contra el mareo es darse un baño en alta mar. En mi caso, este fue el primero de la temporada de estío. Y así, algunos directamente y otros con algunas reticencias, acabamos saltando todos por la borda y zambulléndonos en el mar de un color azul marino profundo. El agua estaba un pelín fría pero a la vez limpísima y allí, como tomando el sol en la cubierta, se estaba de auténtico lujo.
Ahora que por fin ya tenemos aquí el verano, si venís a Barcelona os recomiendo esta actividad. Es divertida para hacer con amigos un domingo cualquiera o incluso para organizar una fiesta o una despedida de soltero con estilo.
Datos de interés:
1. Podéis contratar esta actividad en la web de Trip4real por 35€ por persona.
Nos ha encantado la excursión, y nos ha sorprendido lo barata que es. Pensábamos que valdría el doble o el triple! XD
Muy buen informe y muy interesante. Para los amantes de las embarcaciones y todo lo referente a la náutica los invito a visitar la página Deproa net. Allí encontrarán todo lo que necesitan para la compra, venta, alquiler y accesorios náuticos. Se los recomiendo
Pues es un pedazo de experiencia y bastante asequible de precio!! Un saludo
Pues es una excursión muy interesante.
No hay nada como la brisa marina a bordo de un barco y si se acompaña de un baño en alta mar mejor que mejor…
Anotado queda 😉
Me parece una actividad muy especial y que añade ese plus de tener una panorámica de la costa de Barcelona desde un punto de vista poco común. Por otro lado, bañarse mar adentro, eso sí que es un buen jacuzzi 🙂
Por cierto, si la velocidad la conviertes a nudos, quedarás más cool y marinera, Isabel.
Salut!