¿Qué es lo que pasa cuando tienes un plan súper estudiado y el mal tiempo te lo estropea? Pues que acabas perdiendo media mañana en decidir qué hacer. Bueno, quizás no a todo el mundo le pase eso, pero es lo que nos pasó a nosotros.
Era nuestro segundo día en Pompeya y esa mañana teníamos previsto ir a las ruinas de la ciudad, pero mientras desayunábamos, el cielo empezó a descargar una tromba de agua de proporciones bíblicas. Como no sabíamos qué hacer o si el mal tiempo continuaría por la tarde, le pedimos a Mateo, el padre de Fabio, si nos podía mirar la previsión meteorológica en su iphone. El susodicho aparato dictaminó que el mal tiempo continuaría no sólo ese día, sino todos los que estaríamos en la Campania. Con el chasco marcado en la cara, Mateo se apresuró a proponernos algún plan alternativo para ver si así nos animábamos un poquillo: ir a Nápoles a visitar el museo arqueológico.
Primero, no soy fan de los museos y menos con un compañero de viaje que se para a ver cada una de las 2.000.000 de obras que el museo contiene. Y segundo: no estaba preparada para Nápoles. ¿Pero cómo no estaba preparada para Napoli una supuesta viajera como yo? Puede que os estéis preguntando. Pues lo siento, no tengo respuesta. Simplemente no lo estaba. Sin tener las ideas claras, salimos a la calle armados con nuestros paraguas y en esos momentos se hizo un claro y dejó de llover, con lo que volvimos a nuestro plan primigenio: visitar Pompeya. Sin embargo, a los 5 minutos volvió a diluviar y, segundos más tarde, teníamos los pantalones empapados hasta las rodillas. Lo que estaba claro es que con esa lluvia visitar Pompeya era inviable, a no ser que lo hiciéramos con canoa, que no era el caso.
Tras entrar y salir del B&B varias veces, creo que Mateo nos dio por locos, finalmente me rendí y decidimos ir a Nápoles. Curiosamente, justo cuando nos montamos en el tren empezó a lucir un sol que nos acompañó durante toda la jornada.
¿Qué es lo que habéis oído sobre Nápoles? ¿Que es sucia? ¿Caótica? ¿La sede central de la camorra? ¿Alguna cosa positiva? Teniendo en cuenta todo esto, decir que no iba cargada de prejuicios sería una mentira como un templo (romano), así que puedo afirmar que apenas disfruté de mi visita. Toda una lástima.
El tren nos dejó en 30 minutos en la estación de la Plaza Garibaldi, como la estación de Sants en Barcelona y Atocha en Madrid, y a pesar de que la parada del museo era la siguiente, bajamos para ir a buscar un mapa a la oficina de turismo que hay en la planta principal. Con el mapa en la mano, volvimos a bajar al andén y fuimos hasta la estación de Cavour donde está el museo. Al salir al exterior, la ciudad me recordó mucho a Lisboa, pero en peores condiciones. Edificios multicolores todos ellos desvencijados.
El edificio del museo arqueológico es mastodóntico y es normal, ya que alberga una de las mayores colecciones de piezas de del mundo grecorromano. Nuestra intención principal era ver lo que se habían llevado de Pompeya y Herculano: mosaicos, pinturas y estatuas. Pero hete aquí nuestro segundo chasco, cuando al llegar a la puerta del museo nos enteramos de que la colección de mosaicos, la colección egipcia y la colección del Templo de Iside estaban cerradas. Vamos, que con poco nos encontramos con más de medio museo cerrado. De todos modos preguntamos el precio de la entrada y por fin la diosa fortuna nos sonrió, ya que la entrada ese día era gratuita. ¡Ole-ole! Y menos mal, porque ya os digo yo que si hubiéramos tenido que pagar los 6,50 € que vale la entrada, hubiéramos pasado de largo olímpicamente.
La visita se hizo corta, paseamos por la galería Farnese que cuenta con una destacable colección de estatuas y bustos romanos, como el Hércules de Farnese, y por la sala de los frescos de Pompeya, que es bastante espectacular. La verdad es que le dedicamos como mucho 30 minutos al museo y luego salimos a pasear por Nápoles para aprovechar el sol.
Lo que viene a continuación será la peor guía de viajes del mundo, porque nos dedicamos a deambular por las calles casi sin mirar el mapa. Paramos a comer unas porciones de pizza en un pequeño local que las vendía bastante generosas por un euro cada una. No deja de ser sorprendente que la pizza sea tan barata en el sur de Italia: por tres euros cada uno comimos hasta ponernos las botas y seguimos nuestro paseo.
Fuimos deambulando hasta llegar a la Piazza del Gesú Nuovo, cuya iglesia estaba cerrada. Nos internamos por las estrechas y adoquinadas calles del centro de Nápoles, adornadas en parte con cientos de coladas tendidas de un balcón al otro.
Compramos helado, nos paramos a contemplar la repostería que tenían expuestas algunas tiendas y hasta nos juntamos con una manifestación en defensa de los animales hasta llegar al Castillo Nuovo, del que pasamos de largo para ir hasta el puerto. Como ya estábamos un poco cansados, subimos a un autobús que nos llevó de nuevo a la Piazza Garibaldi y de allí en tren hasta Pompeya.
Una vez en Pompeya, fuimos a cenar a un restaurante que nos había recomendado Mateo y que estaba delante de la estación de tren. El restaurante La bettola del gusto tiene una decoración y un servicio muy cuidado y sirve comida excelente a un precio nada desorbitado. Nosotros pedimos de primero un prosciutto con mozzarella de primero y de segundo un risotto (que estaba de muerte) y una cazuela de pasta rellena de ricota con tomate. En serio que en este viaje disfruté sobre todo de la comida.
Datos de interés:
Hay un billete de transporte de un día de validez que te vale para todo el transporte de la zona de la Campania. Unico Campania cuesta 3,80 euros y lo usamos para ir en tren de Pompeya a Nápoles y para movernos por Nápoles en metro y autobús.
Reginella. Vía S.Maria di Constantinopoli, 32 Nápoles. Porciones a 1 euro.
La bettola del gusto. Vía Sacra, 50. Pompeya. Prosciutto con mozzarella: 6,50€, rissoto: 7,50€ y macarroni: 8€.
Ah! Nàpols!!! Experiència impressionant, que mereix quatre o cinc dies tan sols per fer-se amb una de les ciutats més paradoxals del planeta. Hi has de tornar. Quan ho facis, demana'm que t'assessori en matèria de recorreguts secrets (Nàpols amaga molts secrets en els llocs més insospitats) i gastronòmica.
No falla… yo sigo leyendo tus relatos justo antes de comer jejejeje…
En tres días voy a oporto y las fotos que pones de nápoles me han recordado a las que he visto de la ciudad portuguesa. Creo que andarán por el estilo. La verdad que últimamente con la lluvia no andas muy fina… puff. En Mexico los días de playa igual…
Un saludo!
Dices que "Lo que viene a continuación será la peor guía…".
Yo creo que en todos los viajes hay que reservarse una mañana o una tarde para caminar sin mapa, sin cosas en mente y sin prisas para encontrar lo que la ciudad te ofrezca en vez de lo que buscamos. Si voy con gente es difícil pero cuando viajo sola lo hago y muy agusto.
Me ha gustado tu post porque es muy sincero. Parece que todo el mundo tiene que habalr muy bien de los sitios que visita, pero oye, para algo es un blog personal y cada uno tiene sus opiniones, ¿no?
Un saludo y enhorabuena!
Inés
Hay que tener planes alternativos para cuando se tuercen las cosas, pero claro ese día era para Pompeya y la lluvia os puso boca a abajo y sin saber que hacer, una lástima, hay veces que se improvisa y sale bien, y otras como este caso no salen como uno quisiera.
He visto varios reportajes tanto en inet como por la tele de Napoles y la verdad no me ha llamado demasiado y eso que a mi si me gustan los museos y al menos ahí podría haber echado un rato xD
Venga esperando la siguiente entrada a ver como sigue el viaje.
Por cierto veo que marchan los afiliados a tu grupo en facebook, yo me acerco a tu pico en el mío de la próxima parada, a ver si consigo alcanzarte jeje
Saludos Isabel!
Hola Jaume!
Si ja t’ho vaig dir que no teníem pensat d’anar a Nàpols, si no t’hagués demanat consell, però ja veus al final vam acabar allà. Em va saber greu perquè no vaig gaudir gens de la ciutat. Mira que m’agraden les ciutats amb pàtina, però potser per mi aquesta és passava i tot! :/
Hola Víctor!
Pues sí, últimamente estamos teniendo un poco de mala suerte con el tema del tiempo. Sobre lo que comentas, la verdad es que es lo primero que me vino a la mente, que se parecía mucho a Oporto y a Lisboa. Yo creo que Oporto te encantará, a mi me gustó incluso más que Lisboa la primera vez que fui… ahora no sabría decirte cual de las dos me gusta más! 😀
Hola Inés!
Cuando me refiero a lo de la peor guía de viajes, es porque no doy ningún dato práctico sobre el itinerario, con lo que servirá de poco al que esté pensando en ir, pero tienes toda la razón, perderse por las ciudades es de lo mejor del viaje. A veces cuando no hablas bien de un sitio te da la sensación que estás dando a entender que mejor que no se vaya, y pienso que cada viaje es único y algo que a mí me puede haber parecido un churro a otra persona le puede parecer lo más de lo más.
Hola José Carlos!
Yo creo que volvería a Nápoles y le daría otra oportunidad, está claro que la visité muy sugestionada y por eso no la disfruté. A partir de ahora publicaré una entrada por semana, como tengo el material un poco limitado lo alargaré en el tiempo! 😀
Lo del Facebook va como va, a veces se me agregan 15 a la semana, como que se da alguien de baja, pero no me puedo quejar! A ver si llegamos a los 200! XD
Seguro que pronto me pillarás! 😀
Gracias a todos por pasaros y dejar un comentario! 😀
Com a mínim no us va ploure a Nàpols!
En tot cas, em quedo amb el risotto, quina pinta! 😛
Visca el risotto!!! \(^o^)/
Hola Isabel, es una pena que no conocieras Nápoles mejor. Mi experiencia fue fabulosa, quizás porque estuve una semana entera alojado en casa de Napolitanos que me enseñaron la ciudad desde su perspectiva. Fue una experiencia irrepetible. En mi blog hice una miniguía de Nápoles con los muchos recuerdos que tengo de esa caótica y sorprendente ciudad ( las fotos no son mías ya que fue hace unos años). Te dejo en enlace por si algún día te decides a darle otra oportunidad.
http://myguiadeviajes.blogspot.com/2009/10/napoles-unicasorprendente-y-caotica.html
Un saludo y te sigo, hasta en facebook ( por cierto, yo acabo de iniciarme también).
Adeu
Esaaaaaaaaa Pizza y ese Risotto!! Ñammmmmm! Que ganas de volver a Italia!
No hemos estado nunca en Napoles así que nos vendrá muy bien este relatillo para futuras ideas, aprovechando para enviarte un abrazo de toda la familia chavetas, jejeje
Isaac y Paula
Hola Fran!
Qué envidia me das que tuvieras la oportunidad de visitar la ciudad con una persona autóctona. Es la mejor manera de visitar un lugar. Gracias por plasmarlo tan bien en tu blog. La entrada es muy buena… como todas las tuyas! 😀
Hola Isaac y Paula!
Muchas gracias por pasaros por aquí! OMG la comida en el sur es una pasada, hacia un montón de tiempo que no comía tan bien en Italia. La toscana y Roma fueron un tanto decepcionantes…)
Me gustaría comentaros que últimamente voy tan de culo que apenas tengo tiempo de entrar en vuestros blogs y comentar. Os prometo que pronto me pondré al día. Gomen neeeee! (T-T)
Yo también cuando fui a ver Pompeya ´me diluvió y no pude entrar, me quedé con las ganas.
Eso si, desde entonces he decidido que la lluvia no va a chafarme ni un solo plan, aunque tenga que ir en canoa. Si hace falta hago como que no llueve.
Saludos! Iker
Ostras! Menuda #$X&#! Al menos nosotros estuvimos varios dias y al final conseguimos que una tarde el agua nos diera tregua. Ya sabes, tienes que volver pero esta vez hazte un teru-teru.
Saludos!
Oooh, estoy súper perdida, no se me actualiza y no me entero…
Que chulo Napoles, no lo conozco, a pesar de haber recorrido toda Italia, esa ciudad me falta.
Voy a seguir leyendo más.
Un beso
Yo estuve de visita un día por crucero y también me llovió, y la lluvia era bestial así que tendré que ir de nuevo para poder disfrutar de la ciudad. Gracias por compartir tu experiencia. Saludos!
Me he puesto a leer tu historia acerca de Nápoles, simplemente para ver si me encontraba con algún dato interesante o algo nuevo que hacer en esta alucinante ciudad pues soy un enamorado de ella. Me he arrepentido de perder cinco minutos leyendo este relato tan soso y tan pobre acerca de un lugar tan rico y emocionante. Dejando a un lado el hecho de que no superas los lugares comunes, tu forma de escribir es redundante y terminas por desesperar… llovía, dejaba de llover, te mojabas, bla bla. Me ha fastidiado sobre todo porque amo Nápoles y a cualquiera que tenga la mala fortuna de leer tu rollazo se le quitaràn las ganas de venir…