El jueves nos despertamos con lluvia en la que sería nuestra última mañana en Madrid. El tiempo ideal para ir a tomar unos churros con chocolate calentito en la chocolatería San Ginés (otro de los lugares que descubrimos gracias a Isabel). Llegamos a las nueve y cuarto, pero nos dijeron que hasta y media no abrían, así que dimos una pequeña vuelta por la zona bajo el paraguas. En las calles cercanas a la chocolatería, nos sorprendió ver unas cuantas tiendas de artículos religiosos, como custodias de plata y túnicas de obispo. De vuelta a la chocolatería, entramos y pedimos directamente chocolate con churros. ¡Qué bien nos sentaron! De nuevo, me gustó descubrir un lugar en Madrid con solera y una historia interesante (¡la referencia a Valle-Inclán es inevitable!).
Al salir, seguía lloviendo con ganas. Con mejor tiempo hubiésemos ido a pasear por la calle Preciados, pero viendo el panorama, nos metimos directamente en la FNAC y estuvimos un buen rato entretenidos… A las once y media volvimos al hotel para recoger las maletas, ya que a las doce salía nuestro tren hacia Córdoba. Por cierto, no he mencionado nada sobre el hotel, el Edén Neptuno, del cual quedamos bastante contentos por su ubicación, precio y comodidad. Todos los hoteles del viaje los encontramos a través de Tripadvisor ¡y la verdad es que quedamos muy satisfechos!
A las doce salimos puntualmente de Puerta de Atocha. Fue curioso que, a pesar de haber comprado dos billetes en clase turista, en realidad nos asignaron dos asientos en preferente. De camino a Córdoba yo interiormente iba rezando para que el tiempo mejorase. Estaba nublado y, conforme nos íbamos acercando a nuestro destino, veíamos los campos inundados por las recientes lluvias torrenciales. Eran las dos menos cuarto cuando llegamos a Córdoba y lo primero que hicimos fue dirigirnos a la oficina de turismo. Queríamos preguntar sobre todo por las visitas a Medina Azahara y nos informaron que hay buses diarios que parten desde el centro de la ciudad. De martes a viernes (el lunes está cerrado) salen dos buses, los sábados hay tres y los domingos, dos. Por cierto, nos avisaron de que si comprábamos billetes para el primer bus teníamos que volver en el mismo. De todos modos, las perspectivas meteorológicas no eran demasiado buenas para poder realizar la excursión.
Paseando por la judería.
Para llegar al hotel cogimos un taxi, con tan mala suerte que pillamos un atasco en el centro de la ciudad. El Hotel San Miguel, donde nos alojamos, tiene un bonito patio interior. ¡Lástima que no pudimos disfrutar de él por culpa de la lluvia! A la hora de comer, pedimos consejo al recepcionista, que amablemente nos recomendó un par de tabernas cercanas al hotel. Finalmente nos decidimos por la Taberna Góngora, donde pudimos degustar unas estupendas tapas: salmorejo (¡qué gran descubrimiento!), jamón ibérico, boquerones, albóndigas y rabo de toro (¡muy tierno!). Y suerte que nos pedimos medias raciones, ¡porque acabamos llenísimos!
Después de comer, fuimos a pasear por la judería. Enseguida me enamoré del encanto de sus calles y sus patios. A cada patio que veíamos abierto, no podíamos evitar curiosear un poco. Llegamos hasta el Puente Romano (construido en el siglo I d.C.), bajo el cual el Guadalquivir bajaba turbulento. El nivel de las aguas había llegado a récords históricos y cubría el paseo que recorría la vera del río. Cruzamos el río y, de vuelta, pasamos por la Mezquita, pero nos reservamos la visita para el día siguiente ya que esa tarde el tiempo se comportó y aprovechamos para pasear.
Seguimos caminando y entonces pensé que me gustaría parar y tomar un té… y de repente nos encontramos una tetería árabe donde nos pedimos unos tes morunos. Después de la pausa seguimos paseando y perdiéndonos por las callejuelas. Al caer la tarde, nos acercamos hasta la Plaza de los Capuchinos, fuera de los límites de la judería, donde se encuentra el famoso Cristo de los Faroles, una imagen de Cristo crucificado rodeado por ocho faroles. Nos recomendaron visitarlo al anochecer, cuando se iluminaban los faroles con una luz tenue que le daba a la plaza un aspecto único. A un lado de la plaza se encuentra la Iglesia de los Dolores y entramos a curiosear. Había misa y el ambiente estaba algo cargado por el incienso… incluso la imagen de la Virgen, vestida con una capa espectacular, parecía estar rodeada por una fina neblina. Nos quedamos brevemente ya que tampoco queríamos molestar haciendo el turista.
Seguimos andando hasta la Plaza de la Corredera bajo una fina lluvia. En esta plaza porticada esperábamos encontrar un poco de ambiente, pero otra vez el tiempo nos jugó una mala pasada. Al final, y después de perdernos un poco, nos metimos en un bar donde nos pedimos unos bocadillos de trámite para cenar y, al terminar, cansados y algo desanimados por la lluvia, volvimos al hotel para dormir.
Datos de interés:
Chocolatería San Ginés (plaza de San Ginés, 5)
AVE Madrid-Córdoba: 26,50€ (tarifa web turista)
Medina Azahara: entrada libre para ciudadanos de la UE; resto de países: 1,50€.
Bus lanzadera: 2,10€
Taberna Góngora (calle Conde de Torres Cabrera, 4): Salmorejo, boquerones, jamón ibérico, albóndigas y rabo de toro (medias raciones), cerveza y coca-cola: 26,30€
Restaurante – Tetería El Sultán (calle Martínez Rucker, 4): té marroquí y té Medina Azahara: 6,50€
¡Las fotos de la judería son espectaculares! Y eso que estaba lloviendo, en un día soleado debe de ser súper chulo. Lástima que no hiciera buen tiempo para poder ir a Medina Azahara.
Nunca he estado en Córdoba pero creo que lo pondré en mi lista de "MUST" ^^
Pues sí, Córdoba es un MUST!! Es una cuidad con mucho encanto. La Judería es preciosa, y espérate a ver la Mezquita!!
Y se come de bien 😉
Precioso!! Creo que acabaré "copiandote el viaje" en cuanto pueda 😀
Muy chulas las fotos de Córdoba. Yo estuve hace años cuando era pequeña… Creo que va siendo hora de que vuelva.
Lástima que os lloviera tanto durante el viaje. La verdad es que así no se puede disfrutar bien del viaje.
Sí, es verdad que la lluvia nos fastidió la mañana en Madrid, pero por suerte la tarde en Córdoba se portó bastante bien.
En todo caso, tenemos una buena excusa para volver a Córdoba y poder vistar Medina Azahara.
hola que tal! permítame felicitarlo por su excelente blog, me encantaría tenerlo en mi blog de viajes y turismo. Estoy seguro que su blog sería de mucho interés para mis visitantes !.Si puede sírvase a contactarme benjycl@gmail.com
Un saludo.
Hola, me gustó este blog sobre mi ciudad. Córdoba es una joya poco reconocida en España. De verdad, yo soy cordobés y no me canso de piropearla… jaja
PD: Córdoba 2016 Ciudad Europea de la Cultura
Hola!
Me alegro que te guste el blog y en especial la entrada de Córdoba!
Saludos!