Berlín es una ciudad fea. A la gente suele sorprenderle esta afirmación, sobre todo si sabe que hace años viví allí durante diez meses y me encantó la experiencia. Pero es cierto, para tratarse de la capital de Alemania, no puede compararse en belleza con otras capitales de países europeos de primer orden como, por ejemplo, Londres o París. Aun así, Berlín es una ciudad alucinante que supone una visita de lo más interesante y satisfactoria, pero que desvela sus secretos poco a poco y que solo se hace amiga de uno si se va más allá de la visita rápida y superficial. A continuación, trataré de explicar por qué.
Primero de todo, ¿por qué digo que es fea? En primer lugar, el trazado original de la ciudad quedó desbaratado durante la época comunista con la construcción del muro que la partió en dos. A partir de entonces, las dos partes siguieron desarrollándose independientemente durante 28 años hasta la Reunificación. Así pues, una vez el muro hubo desaparecido, la ciudad quedó algo extravagante, como unos gemelos siameses con una cicatriz enorme de arriba abajo. Esto se hace evidente cuando uno se da cuenta de que la ciudad no tiene un “centro” muy definido. Sí tiene plazas concurridas y monumentos en torno a los que gira la vida de la ciudad, pero parecen estar duplicados y genera un efecto extraño. Por ejemplo, la distinguida avenida Kurfürstendamm pugna por ser el centro de la ciudad en el oeste, mientras que la avenida Unter den Linden es otro «centro» que agrupa muchos edificios históricos. Por si fuera poco, la moderna Potsdamer Platz que se erigió a medio camino entre las dos no puede deshacerse de una sensación de artificialidad y modernidad mal entendida, pese a su espectacularidad.
En segundo lugar, Berlín tuvo que reconstruirse de entre los escombros después de los bombardeos incesantes que sufrió durante la Segunda Guerra Mundial. Por este motivo, la gran mayoría de edificios de la ciudad tienen apenas cien años y la mayoría de viviendas no tienen mucho atractivo porque tuvieron que construirse a toda prisa para dar cobijo a todos los que se quedaron sin hogar en la guerra. Es lo mismo que ocurre en otras grandes ciudades intensamente bombardeadas, como Tokio. Estos dos motivos unidos, hacen que esta ciudad pueda parecer poco atractiva a simple vista.
Sin embargo, veamos ahora sus múltiples atractivos. Esta ciudad me gusta mucho, así que tendré que sintetizar. Para empezar, la ciudad destila historia por todos lados, por lo que, si al visitante le interesa la Segunda Guerra Mundial, la época del nazismo o la historia de la ocupación rusa, disfrutará descubriendo rastros de esa historia convulsa e interesante, algunos de ellos muy evidentes, como los tramos del muro que aún quedan o el museo Checkpoint Charlie, y otros no tanto, como la breve exposición sobre el nazismo que hay junto al solar del antiguo cuartel general de la Gestapo, el museo de la resistencia alemana o el solar donde se escondía el búnker de Hitler.
Por otro lado, otra baza a su favor es el aire bohemio y a la vez distinguido que se respira en sus calles, sobre todo en los bares más fashion, como en Prenzlauer Berg, en el sinfín de exposiciones de arte moderno o en los teatros de cabaret. Berlín es una ciudad de estudiantes y de artistas, con una nutrida agenda de conciertos y una escena underground amplísima que se presta a descubrirla poco a poco.
Más: Berlín es una ciudad tranquila, de bicis y tranvías, con parques por los que pasear durante horas y un río que puede surcarse en barco en una de las múltiples excursiones. Los distintos barrios de esta ciudad son muy diferentes y ofrecen experiencias distintas. Se puede pasear por Kreuzberg y disfrutar de su vitalidad, ver los numerosos comercios turcos y acabar cenando un kebab imponente y jugoso por un euro y medio, pero también se puede recorrer las calles de Charlottenburg y su palacio y jardín, más selectos, aunque más fríos, y acabar cenando en un restaurante muy chic.
Por supuesto, hay que hablar de los monumentos de Berlín de obligada visita, como el Reichstag, el Tiergarten, la famosa Puerta de Brandemburgo, Alexanderplatz, el Nikolaiviertel, los palacios de Potsdam, y también de museos impresionantes, como el Pergamon, el Neues Museum o la Neue Gemäldegalerie. Para terminar, hay que decir que Berlín es una ciudad vibrante y moderna en la que siempre pasa algo nuevo o hay algo nuevo que visitar. Como la capital alemana está edificando sin parar en un afán de llegar a ser la capital deslumbrante que se espera que sea, cada año suma nuevos atractivos a una lista ya muy larga de por sí, por lo que si uno cree que ya lo ha visto todo en Berlín, una segunda visita sorprende igualmente.
Puede que Berlín sea una ciudad feúcha, pero cada día menos, y lo compensa con creces con una oferta de atractivos a la par de otras capitales importantes. Solo hay que informarse bien, por ejemplo, hay quien sabe que en Berlín hay playa en verano. Una buena manera de conocer Berlín como un local es alojándose en un apartamento, como los de Oh-Berlin. En definitiva, la fealdad a veces tiene eso, que si vas un poco más allá de la fachada, sin que te des cuenta, Berlín te habrá robado el corazón.
Es una de mis ciudades favoritas de Europa y además tengo unas ganas locas de volver. Pasé allí 5 días completitos y aún así nos dejamos un montón de cosas por ver. Además que no es nada cara!
Berlín es uno de mis lugares pendientes para visitar que espero que se hagan realidad pronto
Berlín: una ciudad apasionante (memorias de un Erasmus) | Diario de a bordo, blog de viajes Os adrezco el compartir con todos nosotros toda esta interesante información. Con estos granitos de arena hacemos màs grande la montaña Internet. Enhorabuena por esta web.
Es una de las capitales europeas que más ganas tengo de visitar, seguramente no tenga el glamour o la belleza de París o Londres, pero tiene un encanto especial 🙂
Saludotes!
Una ciudad diferente… ¡Y más vista desde el punto de vista de un erasmus! 🙂
Muy curioso cómo explicas que parece que la ciudad no tenga un centro histórico definido, sino dos. No me había parado a pensarlo antes, pero claro, tiene mucho sentido.
Interesante post y veo que recuerdas bastante bien la ciudad.
Un saludo 😉
Berlín es una ciudad fantástica. Estuve allí hace unos años y me encantó como tantos y tantos rincones de Alemania.
Gracias por compartir esta experiencia.
Un abrazo.
Erasmus en Berlín? De estudiar ni hablar me imagino ajajaj!
Estuve viajando por Europa durante 5 meses (4 en solitario) y ahora lo estoy contando en mi blog. Inolvidable. Te dejo el link para que puedas leerlo:
Abrazo
Es una de esas capitales europeas que tienes que visitar al menos una vez en la vida. A mí me atrae mucho ese aire bohemio con un trasfondo muy creativo y artístico. Aunque sin dejar de lado su historia, una historia que sigue marcando la mentalidad de todos los alemanes y a la que han sabido sobreponerse.
Hola,
Una pregunta, voy a viajar en Berlín dentro de poco y me gustaría saber si hay mucho trayecto desde la ciudad hasta el aeropuerto. Es posible coger tren por la madrugada? O no lo recomiendas?.
Gracias y un saludo,
Hola Johnine,
¿A que aeropuerto vuelas? ¿A Tegel o a Schönefeld?
Aterrizaré en Schönefeld…
Hola Johnine,
Desde Schönefeld puedes ir al centro en bus o en tren. En este enlace tienes toda la info 🙂 http://www.berlin-airport.de/en/travellers-sxf/to-and-from/buses-and-trains/index.php
Un saludo,