Os traemos un nuevo relato del viaje a las capitales imperiales chinas que hicimos en agosto de 2012. En esta ocasión os contamos nuestra experiencia al subir una de las cinco montañas sagradas de China: el Hua Shan, excursión que hicimos desde Xi’an. Muchos nos habéis preguntado detalles de cómo es la ascensión al Hua Shan y aquí intentaremos resolver todas vuestras dudas.
No nos levantamos excesivamente pronto esa mañana a pesar de que teníamos pensado hacer una excursión de un día a uno de los puntos de peregrinación más importantes de China. Nos dirigimos andando hasta la estación de tren de Xi’an y en el aparcamiento de autobuses tomamos el bus que nos llevaría al Hua Shan. No tardó mucho en llenarse y cuando estuvo lleno se puso en marcha.
El bus tardó unas dos horas en llegar. Durante el viaje, compramos un mapa del Hua Shan por dos yuanes que más o menos indicaba los senderos y que nos acabó siendo de mucha utilidad. Al llegar al destino, el autobús paró en una calle llena de tiendas y restaurantes. Al final de la calle se alzaba el templo de Jade y en ese punto no teníamos muy claro si subir directamente por ese camino o buscar el bus que lleva a la estación del teleférico.
El problema que tuvimos es que no encontrábamos por ninguna parte el autobús de marras, así que decidimos adentrarnos en el templo e iniciar el camino desde allí, lo que acabó siendo la mejor decisión, aunque en aquellos momentos no las teníamos todas.
Fuimos siguiendo las indicaciones durante medio kilómetro más o menos. Todas estaban en chino, inglés, coreano y japonés, aunque la traducción en inglés de algunas frases solía ser un poco críptica. Por suerte, nuestras nociones de japonés nos ayudaron a confirmar que íbamos por el buen camino. A unos diez minutos más o menos nos encontramos con la taquilla para acceder al Hua Shan (180 yuanes).
Ese era el punto de no retorno, no teníamos mucha info de cómo sería ese sendero, pero decidimos aventurarnos a pesar de todo. A malas, siempre podríamos dar media vuelta. Desde ese punto nos aguardaban seis kilómetros de ascensión hasta lo alto de la montaña.
El sendero está muy preparado. Los primeros kilómetros están bien adoquinados y se camina por una vía muy regular. Esos primeros kilómetros componen una ascensión muy asequible, que me recordó mucho a la ruta del Nakasendô en Japón, ya que cada dos por tres te encontrabas pequeños bares con mesas y sillas donde sentarte a descansar. Además, en estos bares te venden de todo: bebidas, chubasqueros, pilas, fideos instantáneos, Red Bulls para que te den alas en la subida… de todo.
Me encanta caminar, y más si es en plano, que puedo andar 20 kilómetros casi sin parar como en el camino de Santiago portugués. No obstante, cuando se trata de subir se me hace muy tedioso y tengo que parar cada dos por tres. El camino hacia la cima del Hua Shan no tardó en convertirse en una pendiente ascendente. Y si le sumamos el calor húmedo y sofocante que hacía, la verdad es que nos vinieron muy bien todas esas facilidades de descanso que nos encontramos durante la subida. Como empezamos a sudar la gota gorda, tuvimos que irnos hidratando regularmente.
Poco a poco, el camino se fue haciendo más vertical, de la rampa pasamos a los escalones, bastante equilibrados al principio. Por otro lado, a medida que íbamos subiendo la montaña, empezó a rodearnos una niebla espesa que le daba al paisaje un aire muy místico. No es de extrañar que el Hua Shan sea una de las montañas sagradas de China, ya que es uno de los parajes más bellos que vimos durante todo el viaje.
Cuando la subida empezó a hacerse más complicada, fuimos deteniéndonos más a menudo, los escalones empezaban a hacerse más pesados y el calor no ayudaba. Fue entonces, cuando estábamos totalmente rendidos y comiendo algo en un bar, que nos encontramos con una pareja de españoles que habíamos conocido en la excursión a las grutas de Yungang y el templo colgante en Datong. Nos contaron que estaban haciendo la misma ruta pero en sentido contrario. Habían subido hasta arriba con el teleférico por la ladera opuesta, ya llevaban una hora de descenso y se habían puesto el turbo porque les habían dicho que el último autobús salía hacia Xi’an desde la base en solo dos horas (!!!).
Conociendo un poco China, nos extrañó que el último bus del día saliera tan pronto, ya que los chinos no desprecian una oportunidad de negocio y el tema del transporte suele estar muy bien organizado… ¡pero cualquiera se arriesgaba! Así que nosotros también nos pusimos las pilas y empezamos a subir como si no hubiera un mañana. Calculamos que nos quedaba una hora y media por delante, así que teníamos que espabilar.
Y dicho y hecho. Hasta ese momento, Xavier había tenido que ir tirando de mí, pero a partir de ese punto yo puse la directa y fue él quien tuvo que seguir mi paso acelerado. El último kilómetro fue el más complicado porque los escalones cada vez eran más estrechos e irregulares, hasta que llegó un punto en el que eran casi totalmente verticales y encima se puso a lloviznar. Menos mal que llevábamos calzado adecuado y la suela se adhería bien a la superficie. Ni se os ocurra subir al Hua Shan con unas deportivas de suela lisa. ¡Que no me entere yo! Ò_Ó
En el último tramo hay cadenas a los lados para ayudarte a subir los escalones, lo que fue de agradecer porque entre los escalones, la lluvia, la gente que subía y la gente que bajaba… la situación se puso más tensa que en el bautizo de un gremlin.
Pero lo conseguimos, ¡llegamos a la cima en tan solo treinta minutos! Ni nosotros mismos nos lo creíamos. Eso sí, empapados en sudor como si acabáramos de salir de la ducha y cansadísimos, pero con el espíritu en cotas muy altas, literalmente.
Por desgracia, la situación que encontramos en la cima no era precisamente la de un lugar de meditación trascendental. De hecho, se parecía mucho a Las Ramblas de Barcelona. Estaba atestada de gente que había subido con el teleférico, haciéndose fotos, y de máquinas expendedoras de bebida, así que todo el misticismo y belleza de la subida se fue un poco a la porra. De allí vimos que partían otros senderos hacia los picos más altos del macizo montañoso, pero nosotros decidimos poner punto y final a nuestra subida. Las piernas ya no daban para más ese día.
Nos pusimos en la cola del teleférico porque nos habían dicho que habitualmente había mucha cola y se solía tardar una hora en bajar, pero en solo diez minutos ya estábamos montados y bajando. Hay que admitir que el descenso en el teleférico es espectacular. La cabina avanzaba como si volara entre las nubes y las montañas. ¡Una pasada!
Al bajar del teleférico tomamos un minibus que nos llevó hasta la parada del autobús que buscábamos al inicio a la llegada. De allí salían los buses a Xi’an, pero como ya habíamos comprado el billete de vuelta del otro, tuvimos que tomar un taxi para que nos llevara nuevamente al templo de Jade. Una vez allí, comprobamos que el último autobús de vuelta no salía a las tres de la tarde al fin y al cabo. Así que fuimos a comer tranquilamente en un restaurante que había frente a la parada del bus antes de emprender el regreso a Xi’an.
Muchos nos habéis escrito preguntando sobre la ascensión al Hua Shan, especialmente un poco espantados tras ver algunas fotos por Internet en las que el camino básicamente son unos tablones clavados en la pared y suspendidos a gran altura. Desconocemos dónde está ese tramo, ya que en ningún momento nos encontramos con ese tipo de trazado en nuestra ascensión. Tal vez ese tramo está en los senderos que parten de la primera cima.
En general, el camino no fue complicado a excepción del último kilómetro, donde las escaleras son muy empinadas y si se sufre de vértigo puede ser complicado. Por eso os recomendamos que hagáis el camino de subida, que aunque es más duro, os evitará un poco el miedo a las alturas. La subida es bastante asequible si se tiene un mínimo de forma física. Nosotros no somos personas sedentarias pero tampoco practicamos deporte asiduamente y pudimos subirlo sin muchos problemas. Eso sí, si tenéis problemas de rodilla mejor tomar el teleférico porque hay muchos escalones.
La subida al Hua Shan fue una de las excursiones que más nos gustaron del viaje a China y os la recomendamos al 100%.
Si queréis más información para organizar un viaje a China por vuestra cuenta no dejéis de consultar la guía del viaje a China de 15 días por las capitales imperiales.
Datos de interés
1. Autobús de Xi’an al Hua Shan: 35 yuanes por trayecto (precio actual). Funciona de siete de la mañana a siete de la tarde. Tarda unas dos horas.
2. Entrada al Hua Shan: 180 yuanes (precio actual), la entrada es válida para dos días
3. Teleférico: 80 yuanes (precio actual). Funciona de 7 a 19 horas de marzo a noviembre. De diciembre a febrero funciona de 9 a 17 horas.
4. Hostel 7 sages de Xi’an. Habitación doble con baño: 80 yuanes.
Recuerdo con el bullicio propio de China esa estación de autobuses, aunque no hice esa excursión a la montaña que hablas, me quedé solo con los guerreros de terracota.
Saludos viajeros,
LoBo BoBo
Me he quedado roto tal como describes cuando llegas a la cima y te lo encuentras petado de gente, madre mía quien lo diría. Terrorífico ese teleférico pero la experiencia sin dudo lo merece 😀
Hola!!
Estoy leyendo vuestro blog y alucino bastante con los precios de las entradas. Yo pensaba que China era más barato.
Una duda sobre esta excursión: desde donde montasteis en el teleférico, ¿hay senderos que suben a más cimas? ¿Hay algun tipo de alojamiento en la montaña?
Gracias!! 🙂
Hola María!
Pues los precios son de 2012! La verdad es que el precio de las entradas a los sitios era bastante caro, pero luego la vida allí es barata si no te das grandes lujos 🙂
El teleférico lo tomamos para bajar de lo alto de la montaña y desde ese punto salían más senderos para visitar otros picos. En la montaña no había alojamiento, había en el pueblo.
Un saludo,
Hola!
Está muy interesante vuestro blog para preparar un viaje a China. La cuestión es que este monte que parece que está a 2 horas de Xian, pero no sé si es el mismo que el HuangShan. Podéis confirmar? En las fotos buscando por nombre salen ambas, estas y las del otro y nos va a explotar la cabeza. Gracias y saludos!
Hola Vaninka!
Aunque el nombre es muy similar son dos montañas místicas de China diferentes. El Hua Shan es el que está a dos horas de Xi’an. El huang Shan está a unas cuatro horas de Hangzhou. Como tienen nombres tan similares se prestan a la confusión… ^__^