A las 5.45 de la mañana había muy poca luz, así que tuvimos que ir casi a tientas al punto de encuentro. Allí había otros viajeros que iban a compartir el día de excursión con nosotros. A las seis en punto nos vinieron a buscar y, tras recoger a otros viajeros en diferentes hoteles de la zona, pusimos rumbo a Yaxchilán. Poco recuerdo de nuestra salida de Palenque, porque a los escasos minutos me quedé dormida. Solo me desperté cuando hicimos una parada para desayunar. En esta excursión estaba todo incluido, incluso las comidas. Pero cuando nos dijeron esto, pensaba que todo se reduciría un sándwich, una lata de refresco y poca cosa más. No obstante, hete aquí que paramos a desayunar en un puesto de carretera que tenía desayuno buffet.
Con un plato lleno de comida compartimos mesa con Laura, una chica inglesa que había dejado su trabajo en marketing para viajar por México durante tres meses y después dedicarse a estudiar para ser profesora de primaria, y con una madre y su hijo de veintipico años que eran de Mérida. Con ellos estuvimos hablando un buen rato; a la madre le acribillé con preguntas del tipo esto cuánto cuesta y aquello qué vale para saber cuán de exagerado era lo que nos quisieron cobrar en Mérida por una hamaca. Tan animadamente estuvimos conversando los cuatro, que cuando alcé la vista, el resto del comedor estaba vacío y nuestro conductor nos venía a buscar para seguir el camino, con lo que tuve que engullir lo que quedaba del plato casi sin masticar.
Seguimos un rato más hasta llegar a Frontera Corozal, que es un pueblo a orillas del río Usumacinta, el rió que en esta zona marca la frontera entre México y Guatemala. Lo curioso de las ruinas de Yaxchilán es que para llegar a ellas hay que subir a una lancha y remontar el río durante 40 minutos. Antes de subir a la lancha, el conductor nos preguntó qué menú queríamos para comer, porque de vuelta de la visita íbamos a ir a un restaurante del pueblo. Los segundos platos a escoger eran: pollo a la mexicana, pollo a la plancha y plato vegetariano.
Durante 40 minutos recorrimos el río que transcurre por un paraje casi virgen. A la otra orilla del río veías mujeres guatemaltecas haciendo sus quehaceres. Al llegar, bajamos de la lancha y subimos unas escaleras muy altas para acabar engullidos por la jungla. Las ruinas de Yaxchilán están perdidas en medio de la jungla, apenas las visitan grupos y, aunque no son muy espectaculares en comparación con Uxmal o Chichen Itzá, son muy auténticas.
Aquí también se puede contratar un guía oficial, pero como nadie más del grupo estaba interesado en compartirlo, al final hicimos la visita por nuestra cuenta. Al adentrarnos en el yacimiento, nos encontramos que para acceder a él había que atravesar las entrañas de un edificio de corredores un poco laberínticos totalmente a oscuras. Sin embargo, cuando finalmente conseguimos salir al otro lado fue impresionante.
―Señores, preparen los machetes, vamos a descubrir ruinas.
Y es que era como estar en una peli de Indiana Jones. Yaxchilán data del año 350 d.C., pero alcanzó su periodo de esplendor entre los años 550 y 900 (periodo clásico tardío). Aunque el yacimiento es muy extenso, la visita se reduce a la Gran Plaza, la Gran Acrópolis, la Acrópolis Pequeña y la Acrópolis Sur. Como he comentado antes, a la Gran Plaza se accede a través del edificio número 19, que también se conoce como «el laberinto».
El gran encanto de estas ruinas es su emplazamiento, flanqueado por el río y en medio de una espesa vegetación. Aparte de eso, poco más. Al tratarse de una ciudad menor, carece de edificios espectaculares. En lo alto del yacimiento se encuentran los edificios 39, 40 y 41 y en la guía ponía que si subías hasta allí tenías unas vistas espectaculares de la jungla. Así que nosotros dos, junto con Laura y George (aunque juraría que este señor alemán me dijo que se llamaba Klaus), dos viajeros que compartían la excursión con nosotros nos dispusimos a subir la montaña.
No fue fácil a causa del calor y la humedad, aunque el terreno, a paso pausado, era asequible. Lo malo es que al subir del todo no se veía nada. No estaba lo suficiente alto para ver el horizonte. Un poco chasco, porque teóricamente había leído que unos de los alicientes era hacer la visita con los alaridos de los monos aulladores y ná de ná. Lo único que si pudimos observar fueron unos monos araña que estaban por allí tranquilamente. En general fue un poco decepcionante o quizás yo ya estaba tan empachada de ruinas que tanto me daba.
A la hora indicada bajamos a las lanchas y volvimos a remontar el río de vuelta a Frontera Corozal. Una vez allí, nos llevaron a un restaurante bastante apañaíco y nos sirvieron la comida. Allí estuvimos conversando con dos chicas madrileñas. Una estaba estudiando en México y la otra la había ido a visitar y estaban aprovechando la ocasión para viajar un poco. Estuvimos hablando del país y de las cosas que habían visitado e intercambiamos información útil. Después de comer subimos a la furgo y fuimos a nuestro segundo destino del día: Bonampak.
Bonampak es un yacimiento que está situado en medio de una densa selva que es territorio de los lacandones. Los lacandones son un grupo indígena que se trasladó hace unos treinta años desde Quintana Roo y que ahora viven y explotan la zona. Para acceder a las ruinas tuvimos que cambiar de furgoneta para que un lacandón nos llevara hasta las ruinas. Lo que más destaca de éstas son los frescos del interior del templo de las pinturas. Estos frescos son de los mejores que se conservan de toda la América prehispánica.
Al salir de las ruinas estuvimos conversando con un lacandón y nos explicó las dificultades que tenían para mantener su identidad. Nos explicó que ellos hablaban maya, y que se aprende en casa, el problema es que aunque lo hablen en casa, no lo pueden aprender en la escuela porque el profesor viene de la capital y no sabe hablar maya, con lo que el idioma y muchas costumbres se estaban perdiendo.
Nos despedimos de las chicas madrileñas, ya que esa noche dormían en un pueblo lacandón y al día siguiente hacían una ruta de senderismo por la selva. En el fondo me arrepentí de no habernos apuntados a esa excursión.
De regreso a El Panchán, quedamos con Laura y con George (un berlinés de unos cincuenta años propietario de una pequeña empresa de taxis y que estaba viajando con su mochila a cuestas durante unas semanas), para ir a cenar a Don Mucho, un restaurante de El Panchán.
El restaurante está muy bien, tiene comida italiana y mexicana muy buena y a un precio económico. Además, todas las noches hay conciertos y espectáculos varios para amenizar la cena. Así que con la buena comida y la buena compañía, pasamos nuestra última noche en Palenque.
A tener en cuenta:
Para la visita a Yaxchilán, Bonampak y Palenque es recomendable llevar protector solar y antimosquitos. Al ser una selva tropical hay un caldo de cultivo de bichos impresionante.
Las excursiones a Palenque, Misol-ha, Agua Azul, Yaxchilán y Bonanpak es mejor contratarlas desde Palenque. Básicamente porque desde San Cristóbal de las Casas te tienes que comer unas cuantas horas de trayecto por una carretera llena de curvas, subidas, bajadas y badenes. No apto para todos los estómagos.
Desde Palenque también se pueden contratar transportes hasta Guatemala cruzando la frontera por el río hasta Flores. Desde San Cristóbal de las Casas se puede hacer el viaje hasta Antigua.
Datos de interés:
Excursión a Yaxchilán y Bonampak incluye traslados, desayuno y comida. 550 pesos/persona (33 euros). Salida a las 6 am y regreso a las 6 pm.
Encontrarás más datos en la mini guía del viaje al sur de México. ¡No te la pierdas!
És Indiana Jones total!! Tens raó 😀
Quina aventura! L'excursió en barca, les ruïnes, els monetes…
Per cert, què és el megaplat que es veu en primer pla de la foto del sopar!?
Lo primero que he pensado al ver la palabra "laberinto" es: seguro que Isabel acabo andando en la cabeza del grupo… como en los viejos tiempos parisinos!! 😉
Qué buena pinta tienen las comidas. Así no me extraña que casi todo el mundo vuelva con unos quilitos de más de Mexico!!
Por cierto, eso de "señores preparen los machetes" impone, eh? Qué manera de espantar al turista! Eso sí, por las fotos parece que valió la pena!
Buenas Isabel! Si que es cierto que se come bien en Mexico… vaya platos de comida que estás poniendo (esa pizza tiene un pintazaaa!). A mi me suele pasar lo mismo cuando se ven tantas ruinas… que por muy bonitas que sean, al final acabas saturado de tanto.´Me pasó en Egipto y parte tambien en India. Para los proximos viajes se tendrán que plantear de otra manera…
Un saludo!
Hola Míriam!
Doncs era la gràcia d'aquesta excursió, que s'havia d'anar amb la barca i que estava en un paratge molt especial. Però crec que allà vaig fer el meu cupu de ruïnes…
Per cert, el plat és una pizza d'espinacs, que estava molt bona! :9
Wuola Mo!
Pos no! Como me quedé la última para hacer la foto sin gente nadie me siguió. Ja, ja! Cuando me acuerdo de lo de París es que me parto de risa! XD
Por cierto eso de venir con unos kilitos de más en mi caso fue lo contrario, volví con 4 kilo menos. Pero eso ya lo contaré en la próxima entrada!
Buenas Víctor,
Pues la verdad es que se come muy bien en México, aunque la comida no tiene nada que ver con los restaurantes mexicanos que tenemos por aquí. Sobre lo de la saturación, tienes toda la razón. A mi en Egipto me pasó lo mismo y en México igual. Yo creo que para los que viajamos con poco tiempo y intensivamente lo suyo es hacer itinerarios balance… supongo que con la práctica conseguiremos la perfección! XD
ME encanta, y como lo cuentas, todo!! es una pasada, me está encantando tu viaje a Mexico, jo y no he dicho nada en ninguna entrada… pero esas comidas!!! que ricas por diosss.
Un beso guapa.
Wapaaaa! Com sempre genial. Ara bé, el que més m'ha agradat d'aquesta entrada han estat les runes de Yaxchilán. Quina pasada, és súper autèntic!
Per cert, on contractes les excursions?
Mexico es un lugar pendiente, pero leyendo tus post, tan detallados, haciéndonos sentir tus sensaciones… no tardaré mucho a ir.
A mi también me pasa lo de las ruinas, que a veces, con perdón, se indigestan un poquito.
La comida que nos muestras tiene una pinta riquísima.
Besitos ¡¡¡
A Salto De Mata
¡Qué lindo lugar, Mexico! Ojalá todos pudieran disfrutar de él como yo, la semana pasada. No quería volverme…
Felicitas- a Boletos de Avion.
Muchas gracias por este diario!! realmente me servirá de mucho para mi próximo viaje 🙂
Hola Nemo!
Me alegro que te haya sigo de ayuda el diario y espero que tengas un buen viaje por México.
Un saludo,
EXCELENTE, SOBRESALINTE Y BRILANTE REPORTAJE, GRACIAS POR COMPARTIRLO. TE FALTO UN MUY BELLO LUGAR POR VISITAR. «AKUMAL» ES UN VERDADERO PARAISO, ESTA ENTRE TULUM Y PLAYA DEL CARMEN, EXISTE EN EL SITIO UN CENTRO ECOLOGICO Y ES EL HABITAT DE LA TORTUGA MARINA EL MEJOR SITIO PARAPRACTICAR EL SNORQUILNG. Y NO TE CUESTA NADA LA ENTRADA. ES UN LUGAR VERDAREDAMENTE MARAVILOSO.
Hola!
Estoy planeando un viaje por la zona de Chiapas y ando buscando información para las excursiones por la zona.
Viajo sola, así que busco agencias que monten grupos para que no me salga el viaje tan caro.
Vosotros cómo hicisteis las excursiones desde Palenque? Con una agencia? Tienes aún el contacto?
Gracias por adelantado!
Saludos
Hola Ingrid,
Nosotros contratamos todas las excursiones en el hotel e íbamos con otros turistas. No tengo el contacto de la agencia, pero nada más llegar al hotel nos ofrecieron los tours que hacían y los contactamos con ellos. Imagino que todos los hoteles de la zona ofrecerán las mismas excursiones, ya que operadores hay pocos. Lo que variará es el precio según la categoría del hotel.
Un saludo,
No encuentro au número o como puedo contactarlos.
Hola Alejandra,
Contratamos directamente la excursión con el hotel esta excursión una vez llegamos allí.
Un saludo,