«Este hotel ha creado una escuela que ofrece educación a más de doscientos niños de la zona. Es el único que ha hecho algo así», nos comentó el taxista mientras nos acercábamos al Tongabezi Lodge. Y es que antes de ir a Zambia y a las cataratas Victoria ya sabíamos que nuestra experiencia en Tongabezi iba a ser única y exclusiva, pero ese comentario nos hizo presentir que el Tongabezi Lodge iba a ser mucho más.
Tongabezi Lodge es un hotel exclusivo situado en la orilla del río Zambezi, a solo diez kilómetros de las cataratas Victoria en Zambia y próximo al Parque nacional de Mosi-oa-Tunya. La exclusividad de este lodge se basa principalmente en que presta una atención muy completa a los huéspedes y en la comodidad de los pocos chalets que tiene diseminados junto al río Zambezi. En el complejo principal, Tongabezi dispone de once chalets de diferentes tamaños con vistas al río y de cuatro exclusivos chalets más en la isla Sindabezi.
Nosotros nos alojamos en uno de los cuatro river cottages. La habitación es de estilo africano con un techo de paja muy alto y con una decoración de aire colonial encantadora. El chalet es muy amplio y es de los menos abiertos que hay en este resort, ya que los hay totalmente abiertos. Aun así, por la noche se puede disfrutar perfectamente de los ruidos de la naturaleza. La cama es enorme y muy confortable. Tiene una mosquitera grande y aire acondicionado sobre el dosel para pasar mejor las noches de verano.
La habitación incluye todas las comodidades que cabe esperar, como una zona de estar con sofá, minibar con bebidas incluidas, ventilador de estilo retro y caja fuerte. El baño es también muy espacioso y cuenta con ducha abierta y una gran bañera de estilo antiguo. Un detalle que me gustó del lodge es la integración con el medio ambiente y su política verde. Me gustó que los amenities del hotel sean recargables, igual que las botellas de agua que hay en la habitación. Me pareció genial que tuvieran tan en cuenta el reciclaje en un paraje natural tan singular.
Este es un resort de lujo, pero de un lujo que no se basa en una decoración ostentosa, sino en la manera de mimar a los huéspedes. Para empezar, cada chalet tiene asignado un mayordomo personal que se encarga en todo momento de hacer que tu estancia sea única. Una vez acomodados en la habitación, un asesor de actividades se reúne contigo para planificar qué actividades te apetece hacer durante la estancia.
El precio de la habitación incluye muchas actividades, como hacer canoa por el río Zambezi, cruceros al atardecer o al amanecer, visita a las cataratas Victoria, visita a Mukuni Park, día de pesca, una cena romántica en el río con velas o hasta safaris, entre muchas otras. Ante toda esta oferta, ¿cuáles hicimos nosotros? Pues lógicamente optamos por visitar las cataratas Victoria, y luego el Museo de Livingstone. También hicimos un crucero muy tranquilo por el río Zambezi al atardecer y, algo que nos gustó muchísimo: la cena con velas en el río.
Por otro lado, también se pueden hacer infinidad de actividades no incluidas en el precio, como hacer puenting, sobrevolar las cataratas Victoria en ultraligero o helicóptero, hacer safaris por el Parque nacional de Chobe o bañarse en la Devil’s Pool en Livingstone Island. Nosotros hicimos esta última y puedo aseguraros que ha sido una de las mejores experiencias viajeras que hemos vivido nunca.
Las visitas a la Livingstone Island las organiza en exclusiva Tongabezi Lodge, pero si no os alojáis en el hotel también podéis contratar esta excursión. La visita a la isla y bañarse en la Devil’s Pool cuesta 75US$ para los no residentes en el resort. Esta visita puede completarse con un brunch, un almuerzo o un afternoon tea en la misma isla a partir de 100US$. En nuestro caso, primero hicimos una visita guiada a la isla, luego nos bañamos en el torrente de las cataratas Victoria y, para rematar la excursión, disfrutamos de una deliciosa comida. El precio de todo esto para los huéspedes del hotel es de 75$.
Otra de las actividades que disfrutamos mucho fue el crucero durante el atardecer por el río Zambezi. El guía nos fue explicando muchas curiosidades sobre el parque natural, como su fauna y su flora mientras degustábamos cocktails, todo muy chic. Alucinamos cuando nos dijo que se ofrecía voluntario para recolocar a los cocodrilos de la zona que daban problemas.
Aunque la nota romántica se la llevó la cena en la plataforma flotante en el río Zambezi. Esta ha sido una de las experiencias más románticas que hemos podido disfrutar, cenando los dos en medio del río Zambezi a la luz de las velas y de la luna casi llena que brillaba en el cielo. Un momento único recomendado 100% a parejas enamoradas. Además, cuando volvimos a nuestro chalet nos encontramos un baño de espuma preparado y una botella de champán esperándonos.
Para finalizar, me gustaría destacar la escuela Tujatane. Los propietarios del hotel Tongabezi la concibieron originalmente como guardería para los hijos de los empleados, pero en la actualidad ofrece educación gratuita a más de doscientos niños de la zona y lleva a cabo una tarea excepcional con niños que de otra forma no tendrían acceso a una educación digna. La escuela está gestionada por Vanessa Parker, esposa del propietario de Tongabezi, y se mantiene gracias a los ingresos del hotel y sobre todo a las donaciones de los huéspedes y de algunas ONG. Nos gustó mucho poder visitar la escuela y ver el trabajo que hacen allí. Esta es otra de las actividades que los mismos empleados te recomiendan que hagas durante tu estancia.
Y es que lo mejor de este alojamiento, como ya he comentado, es el trato exclusivo y cercano que recibes de todos los trabajadores de Tongabezi Lodge. Gracias a ellos sientes la hospitalidad de Zambia en todo momento.
Una vez vistas las cataratas, que aconsejas: vista en época seca y poderte tumbar en la piscina natural o verlas en la época de máximo esplendor?
Hola Jordi,
Es complicado porque las dos épocas son buenas. Lo bueno de la seca es que puedes ver el cañón que es impresionante y bañarte en la Devil’s Pool. Lo bueno de la húmeda es que ves las cataratas en su máximo esplendor, pero también nos dijeron que hay tanta agua que el vapor hace que casi no se pueda ver nada. Nosotros lo hicimos como extensión del viaje a Botswana y intentamos ir en una fecha que no fuera de lluvias, aunque al final nos pillaron un poco… ^^
És preciós tot plegat! I què dir de la Devil’s pool, que se’t veu tan tranquil·la com si no estiguessis a una alçada que fa por!
M’ha encantant el sopar flotant al riu. Tot un detall també que apartin els cocodrils! XD
Molt interessant saber també la implicació dels propietaris amb l’educació dels nens de la zona.
Qué hotelazo!! Y qué curioso lo del mayordomo y el asesor de actividades!! jajaja Qué nivel!!
¡Guau! Tiene una pinta excepcional.
Esa cena tiene que ser una maravilla y lo de bañarse en la Devil’s Pool… quizás algún día. Otro sueño viajero por cumplir.
Un saludote 😉