Con una cara de tremendo sueño, nos presentamos las cuatro en el restaurante del hotel Tryp Alameda para desayunar. Luejo bajamos a recepción para encontrarnos con Daniel y seguir con nuestra visita por Málaga. El programa de ese día no era tan intenso, ya que a primera hora de la tarde salía nuestro vuelo de vuelta a casa. Empezamos la mañana dando un paseo por la playa de la Misericordia, una playa en las afueras de Málaga cuyo frente litoral ha sido construido recientemente. La playa tiene una longitud de un kilómetro y a primera hora de la mañana se podía ver a gente paseando con la bicicleta o tomando el sol radiante.
Cuando vi que el programa del blog trip, la visita al Museo Automovilístico fue lo que menos me atrajo en un principio. No soy una amante del motor, ni de nada de lo que lo rodea, así que pensar que pasaríamos un rato entre bujías y pistones me pareció de lo más soporífero. Sin embargo, nuevamente estaba totalmente equivocada, porque el Museo Automobilístico fue de lo que más me gustó de la visita a Málaga.
El museo está ubicado en el antiguo edificio de la tabacalera, que fue restaurando para albergar una de las colecciones más importantes del mundo. Actualmente, el museo exhibe 90 vehículos de los 120 que tiene en perfecto estado de restauración.
Empezamos la visita por la sala Belle Époque, una de las más impresionantes, que cuenta con coches de finales del siglo XIX hasta el 1914. El coche más antiguo de la colección es de 1898 y se llama carro sin caballo, porque en realidad era exactamente como un carro, pero con motor en lugar de caballo.
A través de las salas fuimos viendo la evolución del automóbil, desde el vehículo como mero objeto de ostentación al que solo podían acceder las clases altas (y en los que importaba más ser visto en uno que las incomodidades que suponía), hasta llegar al utilitario común que conocemos actualmente. Desde el coche que usaba Mussolini, el Tercer Reich, Al Capone, James Bond, Jonh Lennon y en al que daba cera y pulía cera el protagonista de Karate Kid.
A pesar de que ninguna de las cuatros estábamos muy puestas en el mundo del motor, disfrutamos de la visita e incluso se nos hizo muy corta. Tras hacernos algunas fotos en el museo, volvimos a la furgoneta para ir a Gibralfaro.
El día anterior, Fran y José Carlos me aseguraron que desde allí podría contemplar las mejores vistas de la ciudad, y no me engañaron. Lo cierto es que para llegar a Gibralfaro es necesario hacerlo en coche o en autobús, ya que desde el centro está un poco lejos. El castillo de Gibralfaro es una fortaleza totalmente restaurada en lo alto de Málaga y que cuenta con jardines y unas vistas increíbles de la ciudad. Fuimos bordeando la muralla para ver todas las panorámicas posibles de la ciudad.
Después de visitar Gibralfaro, volvimos a bajar al centro para dar un paseo tranquilamente por el Paseo del Parque, que va desde la plaza de toros de la Malagueta hasta la calle Molina Lario. En el paseo se encuentran los edificios institucionales más importantes de Málaga, como el ayuntamiento y el Banco de España. En su extremo oeste está la parada de calesas en las que se puede dar un romántico recorrido por la ciudad por tan solo 30 euros.
A la hora de comer, fuimos a uno de los lugares con más solera de la ciudad: El Pimpi. Este restaurante es el típico que te viene a la cabeza cuando piensas en Andalucía: botas de vino firmadas por celebrities, geranios colgados en un pequeño patio y las mejores raciones que comimos en los tres días.
Nos sentamos a la mesa y empezaron a desfilar los calamares, el jamón, el queso curado, el pescadito frito, los montaditos y, de colofón final, torrijas con helado.
Fue la guinda de un fin de semana estupendo en el que tuve la oportunidad de conocer una ciudad preciosa y a una gente fantástica. Para acabar, os dejo el vídeo que Roser de Sempre viaggando ha realizado del blog trip.
Buenas Isabel! que preciosidad de coches! Yo la verdad que si he ido a algún museo de estos. En Salamanca hay uno bien interesante, pero este de málaga tiene mejor pinta…
Cuando quieras hacemos un blogtrip en mi pueblo… A ese te invito yo porque el ayuntamiento se gasta el dinero nada más que en fiestas jejejeje…
Un saludo!!
Hola Víctor!
Pues cuando estaba en el museo me acordé de ti, porque estoy segura que te encantaría.
Blogtrip a tu pueblo? Me apunto! 😀 Cuando?
Mira que viviendo aquí y aún no haber ido al museo del automovil… lleva poco abierto y aún no he conseguido hacerle un hueco xD
Ves como no te engañamos, las vistas desde Gibralfaro son geniales, eso si, que tramposas, hay que subir arriba a pie, no en furgoneta jeje
Me alegra que os fuera tan placentera la visita a Málaga y si volvéis por la zona avisar, que aquí estaremos para hacer de guía si hace falta 😀
Saludos!!!
Que vistas más bonitas de Málaga verdad Isabel?? Suscribo totalmente lo dicho por Jose Carlos menos lo de subir a pie hasta Gibralfaro…
Y yo tampoco he estado en el museo del automóvil… peró iré ya que veo que es muy interesante.
Felicidades por el blogtrip tan provechoso y por tu entrada.
Un abazo
Pues el museo ese del automóvil suena muy interesante! Hay coches superchulos!
Y anda que comisteis mal! jajaja Qué hambre me ha entrado al leerte!!!
Saludos
Chiquilla! 😀 ya me he leído tu resumen del blogtrip! Qué bien lo pasamos y qué maravillosa ciudad! Desde que fuimos que sólo oigo a gente q me dice q se va de viaje/escapada a Malaga! 😀 Y yo les digo que se lean nuestras crónicas que son una guía fantástica para descubrir la ciudad 😀
Una abraçada!