Jaipur, límite 24 horas. Al principio, pensábamos que con un día entero tendríamos más que suficiente con una de las ciudades más caóticas por las que hemos pasado de momento, pero a pesar de nuestras reticencias iniciales, Jaipur tiene mucho que ofrecer y hemos tenido que ir corriendo todo el día, tuk-tuk arriba y tuk-tuk abajo. Lo cierto es que Jaipur nos ha sorprendido muy gratamente. Es lo que tiene cuando el listón lo pones tan bajo. De todo lo que hicimos ese día, que no fue poco, quizás destacaría la comida que nos regalamos como despedida de uno de los miembros de este viaje. Mireia volaba esa noche hacia Delhi de vuelta a casa y nosotras seguíamos nuestro camino. Ahora quedamos dos y aún estamos a mitad del viaje. Empieza la segunda parte.
Buenas Isabel! Ya te dije yo que en Jaipur tenías para rato. A mi me gustó mucho la ciudad y no me importaría volver a visitarla. Justo allí me comí también un delicioso thali en un sucio bar junto a la estación de trenes… y como picaba!!!!
Un abrazo y seguir pasándolo bien!
Madre mía que pinta tiene esa comida. Sólo por eso ya visitaba yo Jaipur, jeje.
A seguir disfrutando del viaje Isabel.
Un abrazo.
¡Qué guai y qué auténtico!
Con esos nans y esas salsitas… ¡Mmm! :9
Té una pinta boníssima, quina gana!
Si, la verdad es que Jaipur nos gusto bastante, aunque al final la tuvimos que ver un poco corriendo, valio la pena.
En el restaurante comimos mas por los ojos que por la boca, se nos fue la bola haciendo el pedido… pero que hambre teniamos!!!
Saludos,
Ningún problema digestivo posterior? jeje…
Je, je! Pues no, nos sentó todo de maravilla. Desde México voy con mucho cuidado con lo que como y no he vuelto a tener problemas. Espero que la suerte dure…