Nuestro último día en la Campania y nos quedaba aún por visitar las ruinas de Herculano sí o sí. Sí o sí, porque cuando salimos a las 10 del B&B estaba cayendo otra tromba de agua y esta vez no nos íbamos a perder la visita ni aunque tuviésemos que hacerlo en barca.
Herculano está supuestamente a 20 minutos en coche de Pompeya, pero el tráfico se complicó (aún más) debido a la lluvia y acabamos llegando allí una hora más tarde. Afortunadamente, a esa hora dejó de llover y pudimos hacer la visita tranquilamente.
Herculano era una pequeña ciudad portuaria de unos 4.000 habitantes que estaba situada más cerca del Vesubio y por eso la erupción dejó la ciudad sepultada bajo 16 metros de de lava. A pesar de que Pompeya es más extensa y monumental, vale la pena visitar Herculano porque eso ríos de piroclastos originaron un fenómeno de conservación que no se dio en Pompeya. A parte de conservarse restos orgánicos (vegetales, objetos de decoración y hasta madera) se conservaron las plantas superiores de muchos edificios, lo que permitió saber cómo eran las construcciones de la época.
Al llegar al recinto, lo primero que te encuentras es un pequeño museo en el que se puede visitar la barca de madera que se encontró en el año 1982, ánforas y explicaciones sobre el comercio marítimo.
Accedemos a las ruinas de Herculano a través de una pasarela que cruza por encima de los Fornicis, antiguos almacenes que daban a la playa y donde se encontraron cerca de trescientos esqueletos de la gente que huyó para refugiarse allí a la espera quizás de ser rescatados, aunque murieron asfixiados por una ola de calor de 400 grados.
La ciudad estaba organizada a lo largo de tres decumanos y cruzada por cinco cardos perpendiculares a la costa. Lo bueno que tienen estas ruinas es que al no ser tan populares ni tan grandes como las de Pompeya, se pueden visitar con más calma y tranquilidad. Así que paseamos por sus cardos y decumanos, entramos en casi todas las casas y contemplamos sus peristilos y sus columnas, entramos en las termas que aún conservan sus mosaicos y nos hubiéramos tomado unos vinachos en alguno de los termopolios si aún estuvieran en funcionamiento.
Lo que es cierto es que puedes trasladarte fácilmente a la época del emperador Tito y me pregunto si organizaran allí semanas romanas (como las ferias medievales), en que la gente se pasee ataviados con sus túnicas y los comercios recobren la rutina de antaño…
Al salir de Herculano nos dispusimos a subir hasta la falda del Vesubio para ascender hasta su cráter. Desde abajo ya se veía que la cosa estaría complicada, porque estaba toda la cima cubierta por nubes, pero lo intentamos de todas maneras. La carretera que va de Ercolano (el pueblo italiano actual) al Vesubio es bastante complicada, con muchas curvas. Cuando finalmente llegamos allí al cabo de una media hora, aparcamos, pagamos los 2,50€ del aparcamiento y fuimos a la taquilla para comprar la entrada al parque, momento en el que nos informaron de que no había visibilidad, ¡niente!
Nos quedamos un poco fuera de juego y sin saber qué hacer. Los grupos organizados seguían subiendo, pero, sinceramente, pagar 6,50€ para darme una caminata de dos horas bajo un aire gélido y encima llegar a la cima y no ver nada, no era mi ideal de diversión. Antes de desistir preguntamos a varias personas que acababan de bajar y nos confirmaron lo inevitable, que hacía mucho frío y que una vez arriba no se veía ná de ná.
Volvimos al coche para estudiar las posibles opciones que teníamos, ya que aún eran las tres de la tarde y hasta las siete no teníamos que irnos para Roma. Finalmente, como teníamos hambre y Nápoles era el destino que nos venía más de paso, decidimos ir hacia allí para comer la que, según dicen, es la mejor pizza del mundo. Conducir por Nápoles en día laborable es toda una odisea, nadie respeta nada y tienes que acabar conduciendo como ellos si quieres conseguir llegar a tu destino. Además, pillamos un buen embotellamiento, con lo que un tranquilo trayecto de 25 minutos se acabó convirtiendo en un martirio de casi dos horas. De todos modos, no hay mal que por bien no venga, ya que cuando finalmente acabamos llegando a Da Michele, «sólo» habían 10 personas más delante nuestro en la cola (atención: lunes laborable a las 5 de la tarde = 10 personas de cola, no quiero pensar cómo debe estar al mediodía o a la hora de la cena).
La pizzería Da Michele abrió sus puertas en 1906, aunque está en el actual emplazamiento desde 1930 debido a la construcción del hospital Ascaseli. El local mantiene la autenticidad de sus orígenes humildes y las mesas de cuatro personas de mármol se tienen que compartir si se va solo o en pareja.
En la puerta, una foto de Julia Roberts comiendo pizza nos da la bienvenida, pues la filmación de la película «Come, reza, ama» le ha dado al local más fama si cabe y en la pared, junto a Maradona y otras celebridades, cuelga la foto de Julia con los cocineros y camareros. En Da Michele sólo sirven dos tipos de pizza: la margarita de toda la vida y la marinara (de tomate y rodajas de ajo solamente) y la única concesión que te dan es poder ponerle extra de queso, en el caso de la margarita. Pensando que nos quedaríamos con hambre, pedimos dos margaritas con extra de mozzarella, pero ¡ay insensatos! pecamos de novatos y nos trajeron dos pizzas del tamaño de una rueda de bicicleta, y no exagero.
No sé si era la mejor pizza del mundo, pero lo que sí puedo afirmar es que es de las mejores que he comido nunca: buenísima, deliciosa e interminable. Con gran pena en el cuerpo, me acabé dejando casi media pizza, pero es que no podía más. Poco a poco, mientras acabábamos de comer, el local se fue vaciando, hasta que a las 6 de la tarde casi no quedaba nadie.
Volvimos a buscar el coche, que lo habíamos dejado en un aparcamiento privado en el que nos habían hecho dejarle las llaves al aparcacoches por si tenía que moverlo. Para ser sincera, mientras comía sufrí un poco pensando que al volver no habría coche, (de nuevo los prejuicios) pero obviamente no estaba en lo cierto y al llegar estaba todo en su sitio.
Salimos en dirección a Roma con antelación sobre la hora prevista, pero viendo el caos de tráfico que había en Nápoles quería ir con tiempo por si acaso. Por suerte, todo el viaje hasta Roma fue bien y a las 9 llegamos al aeropuerto. También fuimos afortunados al ver que a esa hora aún funcionaba el servicio de traslado de las oficinas de alquiler de coches al aeropuerto, con lo que no tuvimos que ir arrastrando las maletas como habíamos hecho a nuestra llegada. Por otro lado, la suerte quedó truncada cuando al pasar el control de seguridad los polizias nos confiscaron el limoncello que habíamos comprado.
Pues me dio mucha rabia. Primero por haber sido tan idiota de arriesgarme cuando en el interior del aeropuerto lo vendían por un euro más que en el supermercado de Pompeya donde lo habíamos comprado y, segundo, porque llevando en la misma maleta una botella de agua de medio litro y un colutorio de 650 ml, justamente el policía fuera a fijarse en la botella de limoncello. Es lo que tiene Italia, te sorprenden con lo mejor y con lo peor, aunque es como de la familia, supongo que por eso soy tan beligerante y sigo enamorada de ella y seguiré volviendo.
Datos de interés:
Scavi di Ercolano: entrada individual 11€, entrada combinada de 3 días para visitar Pompeya, Ercolano, Boscoreale, Plontis y Stavia: 20€.
Parque nacional del Vesubio: aparcamiento: 2,5€, entrada a la cima: 6,5€
Pizzería Da Michele. Via Cesare Sersale, 1/3. Pizza margarita/marinara normal: 4, mediana: 4,5€ y la grande con doble de mozarela: 5€. Bebida: 1,50€
Peaje autopista de Nápoles a Roma 11,80€
Gasolina sin plomo: 1,40€ el litro.
Qué campeona, aquí actualitzant el blog des de l'altra punta del món i amb la natura amenaçant!
Me n'alegro que esteu sans i estalvis!
A Herculano, poder passejar entre edificis gairebé sencers i veure els mosaics tan ben conservats deu impressionar!
I sort que va valdre la pena l'excursió a Nàpols 😉
¡Qué chulo Herculano! Y que pena no poder subir al Vesubio…
La verdad es que el viaje que te has marcado es un destino al que le tengo muchas ganas.
Un saludo
Ei! Doncs si, aqui al peu del cano. Per cert avui a la tele (per primer cop en tot el viatge tenin una habitacio amb tele) he vist imatges d'un home carbonitzat pel Merapi i m'ha vingut al cap Pompeia i Herculano.
La pizza bonissima, encara que hi havia amb una per les dues! )^-^(
Hola Helena!
Lo del Vesubio ha quedado pendiente para otra ocasion, me lo habian recomendado pero subir para no ver nada y pasar frio tambien es tonteria.
Cuando puedas escapate unos dias, con un puente o un finde largo se puede ver perfectamente y fuera de la costa de Amalfi comer no es nada caro.
Saludos,
Sí, les imatges del Merapi et poden fer imaginar què deuria haver passat amb el Vesuvi… quin horror!
Buenas Isabel! Herculano lo conocía porque me lo habían recomendado otros amigos y como tu dices, está menos masificado y se conserva mejor. Sobre la suerte de ver el volcán… no digo nada… si te has pasado por mi blog sabrás que te entiendo jejejeje…
Y me dejas intrigado con Nápoles… la veo en las fotos tan dejada de la mano de dios que realmente me está llamando mucho la atención. Aunque si el día que se visita coincide con uno de estos conflictos que tienen con la basura… mejor esperarse. Tu no viste nada de eso???
Besos!
Hola Victor,
No, cuando nosotros estuvimos no hubo ningun conflicto con la basura, pero ves que la mano de la camorra esta por todos lados, el dinero que se tendria que invertir en la zona se lo queda otra gente.
Je, je! Yo siempre digo que hay que dejarse algo por ver, asi se tiene excusa para volver
Saludos,
Hola, me quedo con esa suculenta pizza, madre mía que pinta tan buena!!
Si, si! Dicen que es la mejor del mundo y además la más grande! Era enorme, no me la pude acabar… con lo buena que estaba…
Hola!
Tiene buena pinta Herculano. Cuando fui a Nápoles algunos lugareños me aconsejaron ir allí en vez de a Pompeya. Al final fui a Pompeya, pero queda pendiente para otro viaje Herculano… Por cierto, te he añadido a mi lista de blogs favoritos… y ¡te sigo en Google y FB para estar al día!
Saludos,
Pruden Rodríguez
Los apuntes del viajero
Hola Pruden!
Muchas gracias por pasarte, hacerte seguidor y comentar!!!
La primera vez que fui a Italia hice una escapada de un día para visitar Pompeya, y sinceramente ni conocia Herculano. Esta vez me la recomendó mucho un amigo y dedicimos darle una oportunidad y nos encantó!
También te he agregado a mi lista de blogs! ^^
When have clouds on crater the ticket office indicate before sell tickets with message on window of desk that isn’t possible see the landscape.