Como de costumbre, me desperté a las 6 de la mañana. Ya empezaba a ser una rutina que en cuanto saliera el sol yo abriera los ojos. Después de dar unas vueltas en la cama decidí levantarme y darme un baño en la piscina del hotel. Era tan temprano que no había nadie, ni siquiera en recepción. Así que me metí en la pequeña piscina y disfruté de su agua caliente (40º) tranquilamente. El agua era marrón oscura, más que por la falta de filtro por los minerales que contenía.
Después del bañito nos fuimos a desayunar y nos despedimos de Peter. El Sr. Wirth nos hizo el favor de comprarnos los billetes de autocar para ir al El Cairo. En la agenda del día había poca cosa: ir a El Cairo, recoger las maletas en el hotel y pasar la tarde por allí hasta la noche para luego ir al aeropuerto y coger nuestro vuelo a Luxor. Imat nos acompañó a la parada de autocar, que era muy pequeña y nos despedimos de él. En la parada volvimos a coincidir con Wendy y Shari que justo acababan de llegar de la acampada en el desierto.
Mientras esperábamos que viniera el autobús se nos acercaron niños del pueblo pidiéndonos bolis. Yo había comprado un par de paquetes de bolis y una bolsa de Chupachups en España y les di algunos. Lo malo es que se convirtió en una competición de a ver quién conseguía más y al final se quedaron con todos los que llevaba encima.
El autocar era peor que el que nos trajo. Era más viejo y no tenía aire acondicionado. Además, teníamos los asientos de la última fila (al lado del motor). La cosa ya pintaba mal, pero para colmo de males, el autobús llevaba más pasajeros que asientos (!). En principio me pensé que era gente que iba a otros pueblos del oasis, pero cuando vi que nos metíamos en el desierto fue cuando me di cuenta que íbamos a seguir así todo el camino hasta El Cairo (6 horas). En fin, que pintaba mal pero la cosa fue a peor cuando a todo el mundo, por algún motivo que aun no consigo comprender, le dio por cerrar las ventanas. A mí casi me da un «yu-yu» de la calor, fue como ir en una sauna durante todo el camino.
Al cabo de tres horas de trayecto paramos en una especie de area de servicio que había en medio de la nada más absoluta. Se ve que ese día los musulmanes tenían que hacer unas oraciones especiales y por suerte la parada fue de unos 20 minutos. Eso me dejó reponer fuerzas y, mientras tanto, conversamos con Wendy y Shari. Wendy era muy animada y era muy agradable hablar con ella. Le preguntamos a Shari si la parada de metro de Gizé estaba cerca de la parada de autobús (y así ahorrarnos una hora más de autobús) y nos dijo que no, pero muy amablemente nos invitaron a su apartamento que estaba cerca de la parada. Como no teníamos plan para esa tarde aceptamos encantados.
Esta pareja tenía un apartamento alquilado en Gizé (donde están las pirámides) situado en un bloque de viviendas y era muy grande. La hospitalidad fue increíble: nos ofrecieron utilizar su ducha, bebida, comida e incluso dormir una siesta si queríamos. Al final nos quedamos viendo vídeos musicales por la tele mientras ellos se duchaban.
Una vez descansados, fuimos a cenar. Estuvimos debatiendo adónde ir y al final nos quedamos en un restaurante que se llamaba Christo y que tenía unas vistas a las pirámides increíbles (el restaurante está cerca del hotel Le Meridien Piramids). Como Shari era guía, tenía contactos y nos dijo que allí nos tratarían muy bien. El restaurante es de pescado y marisco, lo que era toda una novedad alimenticia para nosotros. Sirven un menú que consiste en un montón de entrantes, gambas, calamares rebozados y pescado a la brasa (enorme). Aunque era muy turístico estaba muy bien y comer mientras miras las pirámides es algo que no se hace todos los días. La cena nos costó 100 libras por persona (creo que nos hicieron algo de descuento).
Taxi-bus compartido en Gizé
Al salir de cenar teníamos que ir al centro, pero en lugar que coger un taxi, decidimos ir en un taxi-bus compartido hasta la parada de metro de Gizé. La experiencia de ir en aquel bus fue genial, era una furgoneta en la que había una persona enganchada a la puerta gritando el destino a pleno pulmón y, mientras, iba subiendo la gente y se iba poniendo donde podía. El trayecto costaba 1 L.E. Una vez en la estación de metro, Shari nos explicó cómo ir hasta la parada que había más cerca del hotel y nos despedimos de ellos. La tarde que se presentaba insulsa acabó siendo una de las mejores.
En el metro yo me subí al vagón de mujeres, y no porque me sintiera amenazada, sino porque quería vivir la experiencia. Lo único bueno fue que el vagón iba medio vacío, mientras los otros iban a tope. Después de coger un taxi fuimos corriendo al hotel porque era un poco tarde y nos fuimos al aeropuerto. Para los vuelos internos no es necesario ir con una hora y media de antelación, con una hora es suficiente. Mientras estábamos esperando para embarcar se nos acercó un guía que buscaba a una pareja que se había perdido en el aeropuerto. Al parecer había aterrizado y el guía llevaba 5 horas buscándolos sin saber si estaban en El Cairo (la pareja estaba en tránsito) o en Luxor. Le deseamos suerte en su búsqueda y embarcamos.
El vuelo de El Cairo a Luxor duró menos de una hora y el avión, que era grande y nuevo, iba hasta los topes. Al llegar nos encontramos con el guía anterior que finalmente había encontrado a la pareja extraviada en Luxor. Al salir del aeropuerto nos estaba esperando un empleado del hotel. Era muy tarde (las 00.30h) y al llegar al hotel nos dieron las llaves de la habitación y nos dijeron que ya haríamos el check-in al día siguiente. Lo mejor de todo es que no había horario de desayuno, podíamos hacerlo a la hora que quisiéramos. ¡Perfecto!
A tener en cuenta:
Al pagar a un taxista con el que has pactado el precio, asegúrate de llevar el dinero exacto, porque si te tiene que dar cambio te dará lo que le parezca.
Los vuelos internos en Egipto son muy baratos si se compran con tiempo. Hay un truco para que te salgan más baratos y es comprarlo en libras egipcias. Para hacerlo, en la web de Egyptair en la casilla del país hay que seleccionar Egipto e idioma inglés. Los vuelos internos salen un 50% más baratos que si los compras en euros.
Datos de interés:
Autobús de Bawiti a El Cairo: 30 L.E.
Restaurante Christo (cerca del Le Meridien Piramids): 100 L.E./persona
Taxi-bus compartido del restaurante al metro de Gizé: 1 L.E./persona
Billete de metro: 1 L.E.
Taxi de la estación de Metro «Opera» a Zamalek (con taxímetro): 10 L.E.
Taxi de Zamalek al aeropuerto: 60 L.E.
Traslado aeropuerto Luxor al Hotel Mara House: 50 L.E.
Admiro com està tot de ben organitzat. Felicitats!!! 😀 Normalment la gent fem el més fàcil: anar en taxi a tot arreu, amb la qual cosa, et foten un pal important. A més, feu un tastet dels mitjans de transport del país.
Ja, ja! Gràcies Lidia!
Però et ven puc assegurar que mentre anava a aquell autobús només pensava que havía fet. Encara que tampoc ho hagués canviat! XD
Atenció, suggerència!!! En els següents posts, i no per no anar-ho recordant tot del que es deia al principi del dietari, per què no poses els preus de lires egípcies en la seva equivalència en euros?
Això del vagó de metro només per a dones ho trobo sensacionalment estrany!!!!!
Em sumo a l'admiració de la Lidia per com us ho heu muntat!! More, please!!!
OK, Jaume! També posaré l'equivalència en euros. No ho vaig posar perquè els canvis de moneda sempre fluctuen, però potser així la gent es farà més una idea del què van costar les coses!
Eso de cerrar las ventanas debía tener algún motivo. En China a mi también me pasaron cosas de estas que no acabas de ver el porqué, pero al final siempre acabas descubriendo que lo hacen por algo…normalmente inimaginable para nosotros, claro.
Yo creo que lo de las ventanas era para que con el viento las cortinas no se fueran moviendo todo el rato, pero yo hubiera abierto la ventana y que le hubieran dado a las cortinas. El problema fue que la ventana estaba en el asiento de delante que estaba ocupado por una familia: mujer, niña de 10 años y el padre, que iba todo el rato leyendo en voz alta versículos del Corán y cualquiera interrumpía al devoto en plena ceremonia…
Ja,ja,ja. Qué panorama!! me hubiera gustado verte por un agujerito 😉