Este fin de semana ha sido muy especial ya que hemos tenido en casa a Louise y a David que nos han venido a visitar desde Escocia. Louise es mi intercambio lingüístico desde hace ya más de año y medio, y lo que comenzó siendo una manera útil y barata de aprender inglés, se ha acabado convirtiendo en una gran amistad.
El año pasado, justo antes de que volvieran a vivir a Escocia, les llevamos a visitar la Costa Brava. No me parecía bien que se marcharan de Barcelona sin haber conocido una de las zonas más bonitas de Cataluña. Así que un día alquilamos un coche y fuimos a ver el cap de Creus, Portlligat, Cadaqués y Calella de Palafrugell. Fue un gran día, y además tuvimos la suerte de encontrarnos una sardinada popular en Cadaqués y un concierto de cobla en Calella de Palafruguell, con lo que el día quedó muy tradicional y folklórico. Ni hecho adrede, vamos.
Les quedó tan buen sabor de boca de esa experiencia que un año más tarde han querido repetir, pero esta vez les quería enseñar un pueblo tradicional de montaña, así que el sábado alquilamos nuevamente un coche y nos fuimos hasta la Vall de Camprodon.
La Vall de Camprodon se sitúa a dos horas en coche de Barcelona y a la una del mediodía nos plantamos en la población que le da nombre. Lo primero que hicimos fue ir a la oficina de turismo de Camprodon, donde nos facilitaron un mapa de la zona, otro mapa con diversos itinerarios que recorrer en Camprodon y varios folletos sobre el pueblo y otros de los alrededores. Me gustó mucho la atención que nos dispensaron y la cantidad de información que se puede obtener. Además, los sábados abren mañana y tarde, lo que no es muy corriente.
Una de las cosas que nos recomendaron para comer comida tradicional catalana en un entorno único, era ir hasta el cercano pueblo de Beget. Este pueblecito está situado a veinte minutos por una carretera con algunas curvas más de las que Louise hubiera deseado.
Beget es un pequeño pueblo situado entre montañas en plena Vall de Camprodon. Destaca la iglesia parroquial de Sant Cristòfol cuya primera referencia documentada es del año 939, aunque el edificio románico actual es del siglo XII. La iglesia tiene planta de cruz latina y normalmente se puede visitar, pero cuando llegamos a la puerta vimos un cartel en el que se decía que ese día no era posible.
Eran las dos de la tarde, así que fuimos a buscar un lugar donde comer. Aunque en la oficina de turismo de Camprodon nos habían dicho que en Beget encontraríamos varios sitios donde comer, solo vimos dos: un restaurante al lado de la iglesia que solo tenía carta y un pequeño restaurante con menús de 17€ y 20€. Seguimos las indicaciones para llegar al restaurante El Forn por calles con edificios de piedra preciosos. Al llegar allí, nos dijeron que estaban llenos, pero que nos podían reservar una mesa para las tres. Así que decidimos ir a explorar el pueblo mientras llegaba la hora.
El pueblo de Beget es muy pequeño, y ahí es donde reside su encanto. Las casas son de piedra, están muy bien conservadas y decoradas, y están en plena naturaleza, rodeados de bosque verde y aire puro. Cruzamos un pequeño puente de piedra y remontamos el pequeño riachuelo que pasaba por debajo. En el margen izquierdo del río había un parque infantil y a pocos metros del puente se creaba una balsa natural donde había varios críos refrescándose en el agua. Como de una regresión a la infancia se tratara, me remangué los pantalones para poner los pies al fresco mientras Xavi y David se dedicaban a intentar pescar pececillos con una brizna de hierba larga. Se estaba muy bien y lamenté profundamente no haber llevado el bañador puesto.
A las tres volvimos al restaurante y nos prepararon una mesa en la terraza con unas vistas impresionantes al valle en el que está enclavado el pueblo. Eso, y lo deliciosa que estaba la comida, acabó convirtiendo la comida en una experiencia de lujito. A pesar de que en principio 17€ por un menú me pareció un poco caro, al final los cuatro coincidimos en que compensa, ya que el precio incluye entrante, plato principal, postre, bebida y café.
Tras la gran comilona decidimos volver a Camprodon. El elemento más famoso del pueblo es el Pont Nou sobre el río Ter, que es la estampa más típica de la ciudad. Camprodon también es conocida por la fábrica de galletas Birba, así que es normal encontrarlas en todas las tiendas. Nosotros aprovechamos la tarde para pasear por el centro de la ciudad y comprar varios embutidos de la zona, que están buenísimos, además de varias cajas de galletas.
Cerca de Camprodon está la estación de esquí Vallter 2000, donde se pueden hacer diversas actividades en verano, y obviamente, esquiar en invierno. Nos quedamos con ganas de visitar más pueblos de la zona como Setcases, Rocabruna y Prats de Molló, así que volveremos pronto.
EL año que viene podéis llevarlos a Besalú, Santa Pau, los volcanes de Olot y la fageda 🙂
Sí, ya pensé de llevarlos a Besalú. Para la próxima… aunque la Costa Brava también tienen ganas de repetir! 😀
Me encanta esta zona! Te falto un buen trekking desde el refugi de Ulldeter al Bastiments!
Sí, hubiera estado bien también hacer el treking al nacimiento del Ter, pero mis amigos no son de hacer senderismo y tampoco hubieramos tenido tiempo. Quizás me lo apunto para la próxima 😀
Ai què bonico Camprodon i què bones les galetes, el bull i la somalla :9
A Beget hi vaig anar quan tenia 9 anyets a fer camping a la vora del riu. M’agradaria tornar-hi per vistar l’església.
Crec que ara no es pot fer acampada lliure, però es pot fer com a excursió d’un dia o buscar un hotelet baratet per la zona, que té molta cosa per veure. 😀
Qué chulada de pueblecitos, los embutidos también tienen una pinta estupenda así que me apunto todo ahora que estoy cerquita!!! Un abrazo. 😉
Hace mucho tiempo que no piso esa zona… De pequeña recuerdo haber estado varias veces. Qué recuerdos!! Las fotos te han quedado preciosas! 🙂
Saludos!
Muchas gracias! Me alegro que te gusten las fotos. Yo no había estado nunca y me gustó mucho! 😀
Qué chulo el pueblito!! Habrá que tenerlo en cuenta por si voy por la zona!! El menú me parece que tiene un precio normal, tirando a alto, pero si te entra todo, pues no está mal!
Un abrazo
Sí, a mí en un principio me pareció un poco caro, pero como no había nada más por la zona nos quedamos allí. La verdad es que todo estaba bueísimo y al entrar hasta el café en el fondo no salió tan caro…
Preciosa la zona y desconocida para mi!! Esa foto de los embutidos me ha llegado al alma….
Un abrazo
Ja, ja! No me extraña con lo buenos que están… XD
Menudos pueblos tenéis por los Pirineos… Lástima de no vivir cerca para este tipo de escapas, y más en veranito…
A la próxima que esté por allí algo más de tiempo me tienes que llevar a alguno de estos…
La proxima vez tenéis que venir con más tiempo y hacemos una escapada que por estos lares tenemos pueblos muy bonicos. 😀
Menudos pueblos con encanto tenéis por allí. Imagino que tus amigos quedarían encantados. Otra zona más a anotar.
Un saludo 😉
Sí, la verdad es que difrutaron mucho del día. Tanto del paisaje como de la comida. ^^
Muy buen sitio par ir a conocerlo. Desconocía el pueblo. Intentaremos ir en próximas escapadas.
Saludos.
Grandes tesoros que están cerca de nosotros.
Beget es una joya! y la carreterita para llegar espectacular!
por cierto Quique ya explicarás eso del treking por esa zona. Soy todo oidos… 😀
Roser com tiras cap a casa!!! pero es que Besalú y Santa Pau son preciosas
Este tipo de pueblos son preciosos y con esos embutidos me hacía yo una buena merienda 😀
Saludos!!!