Por la mañana dejamos el hostel de Kyoto durante dos días para ir a Hiroshima, Miyajima y Matsuyama. Lo bueno es que el K’s Hostel nos guardó las maletas en recepción durante esos dos días (100¥ por maleta) así que pudimos ir ligeritos llevando solo un par de mochilas.
Cogimos el shinkansen en la estación de Kyoto hasta Hiroshima, allí llegamos a las 10.30h (dos horas aproximadas de trayecto) y, como de costumbre, fuimos a la oficina de turismo para buscar un mapa de la ciudad. Hiroshima es mundialmente conocida por ser la primera ciudad donde fue lanzada la bomba atómica. En la estación de tren a mano izquierda está la parada de los tranvías que llevan al Genbaku Domu (líneas 6 y 2). El tiquet del tranvía se puede comprar dentro de él, pero atención porque hay dos maquinas dentro del tranvía: una que da el cambio y otra donde hay que poner el importe exacto. Yo me equivoque y puse el dinero en la del cambio pensando que esa máquina cobraba y te devolvía el dinero sobrante (como las que hay en los autobuses de Kyoto y Tokyo), y sin darme cuenta me baje sin pagar (se paga al bajar). Una vez allí paramos a tomar un café en una cafetería que había delante del estadio de beisbol de los Carps, el equipo de la ciudad (el béisbol en Japón es como aquí el fútbol). La cafetería estaba decorada con fotos, camisetas, posters y bolas del equipo. Un poco más despiertos, nos fuimos hasta el Peace Park.
El 6 de agosto de 1945 a las 8.15 am el avión Enola Gay lanzó la “Little boy” sobre la zona política de Hiroshima, protagonizando una de las acciones más horrorosas y vergonzosas de la historia de la humanidad. La bomba explotó 580 metros por encima de la ciudad, creando una temperatura de unos 300.000ºC y provocando la devastación en un radio de 3 kilómetros a la redonda. 80.000 personas murieron en el acto desintegradas. Un reportero gráfico japonés llegó a las 11.30h, tres horas más tarde, para cubrir el suceso pero solo pudo disparar cuatro veces su cámara porque se vio incapacitado de retratar tanto horror.
El Genbaku Domu está dentro del Parque de la Paz, epicentro donde explotó la bomba. Originalmente era la sede del Centro de promoción industrial de Hiroshima, y la bomba atómica estalló justo a unos 160 metros de distancia. El Genbaku Domu ha quedado como símbolo de la ciudad ya que su estructura sobrevivió a la explosión. Durante muchos años hubo el debate sobre qué hacer con el edificio, pero al final los ciudadanos decidieron mantenerlo tal cual.
Dentro del Parque Conmemorativo de la Paz hay varios monumentos: la Campana de la Paz, la Llama de la Paz, el Monumento infantil de la Paz y el Museo Conmemorativo de la Paz.
El Museo Conmemorativo de la Paz, de visita obligatoria, está dividido en dos partes. La planta baja te habla de la historia de la bomba, desde como Japón invadió China y entro más tarde en la II Guerra Mundial, hasta la explicación de la creación de la bomba, el Proyecto Manhattan y como se decidió cuándo y dónde tirar la bomba (¡Kyoto estaba en la lista originaria de ciudades!). En el museo se pueden ver cartas de Einstein al Presidente Roosevelt. También se pueden ver copias de todas las cartas que los alcaldes de Hiroshima han enviado a los países que hacen pruebas nucleares pidiéndoles que no lo hagan. Personalmente me pareció apasionante esta parte, aparte de los datos históricos, porque el museo no está fundado en el victimismo y también alza un mea culpa. La segunda parte del museo es más escabrosa ya que en la segunda planta se pueden ver fotografías y objetos tal cual quedaron después de la explosión. La verdad es que nosotros pasamos bastante sin mirar esta parte porque era rasgadora. Es muy recomendable alquilar la audio guía, que aunque no te explica todos los paneles te da mucha información extra. (Entrada al museo 50¥ y alquiler de la audio guía 300¥)
Después de salir del museo nos fuimos paseando por la ciudad hasta una zona llamada Okonomi-mura (ciudad del Okonomiyaki, plato tradicional de Hiroshima) que estaba a unos 5 minutos del Parque de la Paz. Aunque la Okonomi-mura resultó ser un cruce de dos calles, allí se podían encontrar varios restaurantes especializados en Okonomiyaki. Nosotros comimos en uno que hacia esquina, y tengo que admitir que fue el mejor Okonomiyaki que he comido en mi vida, ¡delicioso!
Después de comer fuimos a dar un paseo para bajar la comida. Hiroshima es una ciudad que me encantó, las amplias calles, la gente amigable y la distención del lugar me gustaron mucho. Me supo mal no disfrutar de más tiempo allí, ya que a primera hora de la tarde nos teníamos que ir dirección a Miyajima porque allí íbamos a pasar la noche.
Más fotos del viaje aquí.
Hola Isabel. He estado mirando un poco tu blog y realmente es precioso todo lo que estas viviendo alla en Japón.
Por cierto, tu te mantienes muuuuy guapa.
Saludos!!
A nosaltres també ens va impressionar la visita a Hiroshima, sobre tot el museu. A mi se’m va posar la pell de gallina! I pensar que, a part de Kyoto, dues ciutats més (Niigata i una altra que no recordo) es van salvar de ser bombardejades perquè el cel estava ennuvolat…
I quina pinta, l’okonomiyaki!!! Sort que ja he dinat 😛
Hola!
Me gustaría preguntaros, cuando dejáis las maletas para hacer una excursión de dos días en otro destino, ¿qué os lleváis? ¿Una muda, los cargadores y el neceser? En los Ryokan, ¿suelen dejar toalla para los baños o hay que llevársela?
Muchas gracias por la ayuda!
Hola Mari Carmen,
Habitualmente solo viajamos con maleta de mano, pero en Japón, lo que se puede hacer es dejar la maleta en el hotel (en algun te cobran una pequeña comisión) o también las puedes enviar por correo al siguiente destino. Es bastante frecuente en Japón y muchos hoteles te pueden hacer la gestión.