Si estás pensando viajar a Colombia, tal vez quieras visitar Barichara, ya que es uno de los pueblos más bonitos del país. En nuestro viaje a Colombia de 3 semanas que hicimos en otoño de 2023 pasamos por allí, así que en esta entrada te contamos qué hacer y cómo ver Barichara en 2 días. Spoiler: nos encantó.
DÍA 3 DE NOVIEMBRE: Llegada a Barichara en el departamento de Santander
Después de pasar 2 días en el bonito pueblo de Villa de Leyva, nos levantamos a las 7, desayunamos a las 8 y salimos con el taxista a las 9 en dirección norte hacia Barichara. Habíamos contratado este trayecto con la agencia de viajes Barichara Travel del mismo pueblo de Barichara. Era un día muy soleado y el taxista por el camino nos fue contando un montón de sitios interesantes de Colombia, ya que hacía unos años había viajado por el país con su esposa, trabajando de cocinero cuando hacía falta. Le gustaba hacer senderismo y estaba ahorrando para ir a España a hacer el camino de Santiago completo. Nos encantó ir escuchando sus historias sobre lugares increíbles de Colombia. A su vez, nos daba envidia porque íbamos a tener que visitar todos esos lugares en otro viaje a Colombia. ¡En este no nos daba tiempo!
Campos verdes en la carrerera hacia Barichara
Por el camino vimos valles verdes y fuimos bajando de altitud, de modo que empezó a hacer más calor. Más tarde estuvimos una hora y media prácticamente parados porque había habido una carrera de ciclismo y la policía había hecho algunos cortes en la carretera. Finalmente pasamos por Socorro y San Gil, y finalmente llegamos a Barichara, un pueblo de unos 7000 habitantes junto al cañón del río Suárez, en el departamento de Santander.
La calle que subía al hotel estaba llena de restaurantes y tiendecitas
Nos hospedamos en el hotel El Cogollo y la propietaria nos recibió con una sonrisa deslumbrante. Este hotel está al final de la pendiente que asciende por el pueblo, en una zona muy tranquila. La puerta de la habitación tenía cuatro partes y costaba un poco encajarlas bien. Sin embargo, el interior era bonito, cómodo y rústico, y el lavabo contiguo tenía el techo abierto al jardín. Aun así, los mosquitos no fueron ningún problema gracias a la mosquitera de la cama y el eficaz Kill-paff.
Fuimos a comer hacia las 15:00 a un restaurante al lado de la plaza central del pueblo llamado El Puntal. Por un lado pedimos un jugo de frutos rojos y un plato de sobrebarriga. Por otro, un jugo de guanábana y un plato de carne oreada (ahumada) de 150 g y menos mal que no pedimos el de 300 g. Mientras comíamos en uno de los balcones cubiertos del restaurante, vimos que el cielo se iba encapotando y por la tarde lloviznó un poco.
El Puntal de Barichara: sobrebarriga y carne oreada, con arepas, yuca y patacones. Y luego, a pasear.
Después paseamos por el pueblo, que como Villa de Leyva, también de estilo colonial. Aquí se han filmado películas y telenovelas y, según se dice, es el pueblo que inspiró la película Encanto de Disney, ya que se considera uno de los más bonitos de Colombia. Vimos la catedral de la Inmaculada que domina la plaza con sus dos altos campanarios y pasamos también por la capilla de Santa Bárbara. Además de pasear por las calles empedradas, pasamos por la agencia de viajes a pagar la parte que faltaba. Por cierto, el taxista nos había avisado de que el sábado que íbamos al aeropuerto de Bucaramanga también habría carreteras cerradas por una nueva carrera de ciclismo. Tocaría madrugar de nuevo.
Encontramos un coche clásico en una de las calles de Barichara
Luego fuimos a comprar 3 litros de agua, seguimos paseando por calles aleatorias y vimos un carrito de helados de esos que hacen música para atraer a los clientes. Después nos sentamos en una heladería de la plaza: brownie y helado de vainilla y helado de maracuyá y mango (15.000 pesos). Reflexionamos sobre las diferencias entre Villa de Leyva y Barichara. Los dos se parecen porque las casitas son bajas, blancas y bien cuidadas. Villa de Leyva es plano y en Barichara hay más cuestas, pero nos pareció que este último tiene más encanto y mejores vistas.
Vimos la capilla de Santa Bárbara con su bonito color tierra
Luego ya fue anocheciendo y volvimos paseando al hotel hacia las 18:00. Nos sentamos en una mesa exterior mientras se ponía el sol y vino un gato negro a frotar su cola contra nuestras piernas. Intentamos averiguar dónde está la casa de la película Encanto, pero no lo conseguimos. Estábamos algo cansados, así que nos fuimos a dormir hacia las 20:30, sin cenar ni nada.
Calles de casitas blancas y ventanas azules
DÍA 4 DE NOVIEMBRE: Barichara
Nos levantamos hacia las 6 y remoloneamos hasta las 8:30 cuando fuimos a desayunar. En el mismo hotel nos sirvieron jugo de maracuyá natural, chocolate caliente, dos tostadas, dos arepas, papaya, piña, y huevos revueltos con tomate y cebolla o con jamón y queso. Todo delicioso. También descubrimos que las arepas de la zona de Santander son amarillas. Ese día habíamos decidido hacer un poco de senderismo, así que nos fue muy bien ese gran desayuno. A esa hora aún se estaba fresquito, pero eso iba a cambiar hacia el mediodía.
Inicio del Camino Real de Barichara a Guane
Hacia las 10 empezamos a recorrer el sendero que conduce hasta el pueblecito de Guane. Se llama el Camino Real y serpentea durante 5,5 km por la ladera del cañón del río Suárez, con unas vistas impresionantes. Fue declarado monumento nacional en 1977 y se restauró en 1988. Al inicio, una señal recomienda llevar agua, protección para el sol y buen calzado.
El sendero está empedrado, al principio es algo estrecho pero más adelante se ensancha. Va subiendo y bajando por las colinas, aunque la mayor parte es de bajada. Cerca de la mitad hay un bar que vende bebidas a los caminantes. Por el camino vimos montones de mariposas de colores vivos: verde claro, azul eléctrico, melocotón, blanco y hasta negro. En un tramo había unas vacas pastando que tuvimos que esquivar. Parecían cebúes, la especie que se venera en la India, y me pareció curioso encontrarlas allí, pero luego nos informaron que son muy comunes en Colombia.
Las vacas fueron muy amables y nos dejaron seguir por el camino sin problemas
A esa hora ya hacía mucho calor y uno de los dos se arrepintió de haberse puesto pantalones largos, porque empezó a sudar mucho. Al cabo de una hora y media llegamos a Guane, que es un pueblecito minúsculo alrededor de su plaza central e iglesia de Santa Lucía. Tendrá unos 500 habitantes y originariamente se llamaba «El pueblo de los guanes», que era el pueblo nativo de esta región.
Vale la pena ir al mirador al valle que está tomando la calle horizontal frente a la iglesia y siguiendo en dirección izquierda. Desde allí se tienen unas vistas tremendas al río Suárez. Después volvimos a la plaza y nos tomamos unos jugos de limón y otro de lulo, una fruta que no conocía y que era un poco ácida. En la misma tienda vendían dulces del lugar y sabajón, una bebida local parecida al Bayley’s hecha con aguardiente, leche y panela. También vendían potecitos de hormigas culonas: crujientes y con sabor a cacahuete (por lo que dicen, porque no nos atrevimos a probarlas). El potecito grande costaba diez mil pesos y el pequeño cinco mil.
La vista del valle del río Suárez desde el mirador de Guane es espectacular
Dimos un paseíto y luego volvimos a la plaza a esperar el bus para volver a Barichara (3000 pesos por persona). También podríamos haber cogido un tuk-tuk por 20000 pesos en total. Mientras esperábamos, se nos acercó un gato y se quedó tumbado junto a nosotros. A las 13:00 llegó el autobús (solo salen 6 al día según la guía de la Lonely Planet).
Mientras esperábamos el bus tomamos varias fotos en la plaza central de Guane
Al volver a Barichara hacia las 13:20, fuimos al hotel a ducharnos y cambiarnos de ropa. Luego salimos a comer. Fuimos al restaurante Elvia, pero solo aceptan con reserva y ya lo tenían lleno. Luego fuimos al Voro, pero estaba cerrado. Podríamos haber ido al Independencia que tiene grandes vistas del cañón, pero al final fuimos al Bodegón de Toñita de la plaza. Para beber tomamos jugo de guanábana y batido de fresa y banano. Comimos una hamburguesa vegetariana y variado de maíz con patata fina, lechuga picada, chorizo, pollo y queso de cabra, todo junto. También unos aros de cebolla.
Una bonita calle de Barichara
Después estuvimos paseando un poco más por las calles de Barichara, con el vientre muy lleno. Compramos agua, sacamos dinero del cajero (¡18500 pesos de comisión!), compramos unas pastitas para desayunar al día siguiente y visitamos el Parque de las Artes, en el límite superior izquierdo del pueblo. Es un poco raro, porque tiene unas esculturas pensadas para que baje agua por el canal, pero por desgracia en ese momento no bajaba agua. También estuvimos curioseando en la librería que hay en una esquina de la plaza y compramos un librito de relatos donde el protagonista se enfrenta a diferentes seres sobrenaturales de las leyendas de Colombia.
Vistas del valle del río Suárez desde Barichara
Hacia las 17:00 volvimos al hotel para descansar un poco y eso fue lo que hicimos en Barichara en 2 días. Nos habría encantado visitar las cercanas cascadas de Juan Curí o el parque natural de La Chorrera. Sin embargo, hacia las 19:00 se puso a llover fuerte y nos volvió a entrar sueño.
De hecho, nos habíamos puesto el despertador nada menos que a las 2:30 de la madrugada porque el taxi nos venía a buscar a las 3:00 para evitar el corte de las carreteras por la carrera de ciclismo y así poder llegar al aeropuerto de Bucaramanga sin problemas. Allí íbamos a tomar un vuelo de vuelta a Bogotá y de allí íbamos a volar hasta la siguiente parada del viaje: Santa Marta y el parque nacional de Tayrona, en la costa norte del país. OJO AL DATO: unos de meses después de finalizar el viaje, se inauguró el aeropuerto de San Gil, lo que facilita mucho ir y volver de Barichara.
Datos de interés:
- Hotel El Cogollo, 2 noches: 250$
- Restaurante El Puntal, comida para 2: 54.000 pesos colombianos (unos 12€)
- Helados del camión: 15.000 pesos (unos 3,3€)
- Jugos: 11.000$ pesos (unos 2,5€)
- Billetes de bus de Guane a Barichara: 6.000 pesos (unos 1,5€)
- Restaurante Bodegón de Toñita, comida para 2: 58.300 pesos
- Librería Aljibe, libro de relatos Lakao: 60.000 pesos (unos 13€)