Este fin de semana hemos hecho una escapada rural a uno de los lugares con más encanto de Cataluña. La Vall de Boí está situado en la comarca de l’Alta Ribagorça y es un paraje de montaña de excepcional belleza y que guarda uno de los conjuntos de arquitectura románica más impresionantes. Si queréis saber qué hacer en una escapada románica en la Vall de Boí, a continuación os damos algunas claves.
Visitar el conjunto románico de la Vall de Boí
Uno de los atractivos de la Vall de Boí es que concentra muchas iglesias románicas en muy pocos quilómetros cuadrados. Esto fue debido a los señores de Erill, que durante el siglo XI quisieron dejar huella de su poderío construyendo iglesias preciosas en sus territorios. Las iglesias que forman parte del conjunto románico son las de Sant Climent y Santa Maria en Taüll, la de Sant Joan en Boí, la de Santa Eulàlia en Erill la Vall, la de Sant Feliu en Barruera, la Nativitat y la ermita de Sant Quirc en Durro, Santa Maria en Cardet y la Assumpció de Cóll.
Era el siglo XI y los señores de Erill empezaron a promover la construcción de iglesias románicas de estilo lombardo. En aquella época, los templos no solo eran centros religiosos, sino también un lugar de encuentro y de protección de la comunidad. Los interiores de las iglesias se decoraron con murales realizados con la técnica del fresco, consistente en enyesar la pared y aplicar los dibujos mientras el yeso aún estaba fresco.
Además de su función decorativa, los murales servían para explicar el sermón a unos fieles que en su mayoría eran analfabetos. Por eso, en los frescos de las iglesias podemos encontrar pasajes de la Biblia, animalarios bíblicos y muchos dibujos representativos del bien y el mal.
El periodo de esplendor de la zona terminó y las iglesias acabaron cayendo en el olvido. Pero a finales del siglo XIX, un movimiento cultural en Cataluña llamado «la Renaixença» puso de moda todo lo medieval y románico, y se empezaron a crear los primeros museos y exposiciones con piezas del románico y el gótico. Una de las personas que desempeñaron un papel destacado en la conservación del patrimonio románico de Cataluña fue el arquitecto e historiador del arte Josep Puig i Cadafalch (creador de la casa de les Punxes y de la Casa Amatller). En 1907 encabezó una misión arqueológica-jurídica que redescubrió las iglesias y los murales de la Vall de Boí.
En aquella época, las leyes de protección del patrimonio no estaban tan desarrolladas y algunas fortunas extranjeras estaban comprando frescos y hasta iglesias enteras de la zona. Por ejemplo, el claustro de Sant Miquel de Cuixà que se encuentra en Nueva York o los frescos de Santa Maria de Mur que fueron arrancados y vendidos al museo de Boston.
Para evitarlo se tomó una decisión muy polémica: extraer los frescos que quedaban y trasladarlos a un museo de Barcelona. Para ello se usó la técnica del «Strappo», que consiste en poner una capa de cola natural soluble sobre las pinturas y pegar a ella una tela de algodón. Luego, cuando se seca, se arranca y la pintura se queda adherida a la tela. Actualmente, los frescos de las iglesias románicas de la Vall de Boí se conservan en el Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC).
Finalmente, el paso definitivo para la protección del conjunto arquitectónico de la zona se dio con el reconocimiento en el año 2000 como Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO.
La primera iglesia que fuimos a ver es la más famosa: Sant Climent de Taüll. En su ábside se pintó hace casi mil años el famoso Pantocrátor, una de las obras pictóricas más representativas del arte románico. Aunque el original está en Barcelona, en Sant Climent ofrecen un ingenioso espectáculo de «mapping» muy moderno que permite contemplar el célebre mural completo y en su lugar de nacimiento. También se puede subir al campanario y contemplar el paisaje de los alrededores.
Ya que estábamos en Taüll, fuimos a ver la otra iglesia románica del pueblo: Santa María. Además de que la entrada es gratis, en el ábside se conserva un mural de María con el niño Jesús muy colorido, y en la pared norte pueden verse aún restos de murales que representan a los serafines. Es curioso ver a la gente del pueblo oyendo la misa entre murales del siglo XI de gran valor artístico.
A continuación nos dirigimos hasta Boí, donde visitamos la iglesia de Sant Joan. En este caso, los restos de los murales son mucho más escasos. Sin embargo, lo poco que queda es interesante, ya que en un muro se observa una escena de juglares haciendo malabares. Además, hay imágenes que representan animales míticos de leyenda que se usaban como metáforas de la palabra de Dios, como el camello, el «lifant» (elefante), o la pantera con cabeza en la cola.
Finalmente, fuimos a Erill la Vall para ver la iglesia de Santa Eulàlia y el Centro del románico. Al contrario que las anteriores, en esta iglesia no encontraremos frescos en las paredes. Sin embargo, tras el altar se conservan siete figuras de madera de arte románico que representan la escena de la bajada del cuerpo de Cristo de la cruz. Estas son una réplica porque las originales están en el MNAC. Por otro lado, en el Centro del románico puede verse un audiovisual muy bien hecho que sirve para aprender sobre el contexto histórico del arte románico. Y la exposición que hay al otro lado de la recepción es pequeña pero también está muy bien hecha. Es especialmente interesante un punto en el extremo más alejado de la entrada donde puedes ver y escuchar a tres personajes históricos contándote cosas sobre el arte románico desde sus puntos de vista.
Cuánto cuesta la entrada al conjunto románico de la Vall de Boí
La entrada a la iglesia de Sant Climent en Taüll cuesta 5€ y el horario es de 10 a 14h y de 16 a 19h, hasta las 20h en julio y agosto. La proyección del vídeo-mapping es a las 10:30, 11:15, 11:45, 12:15, 13:15, 16:15, 17:15 y a las 18:15h. Os recomendamos 100% hacer la visita durante la proyección.
La iglesia de Santa Maria en Taüll se puede visitar gratuitamente. El horario es de 10 a 19h (y hasta las 20h en verano).
La entrada a las iglesias de Sant Joan en Boí, Santa Eulàlia en Erill la Vall y el Centro del Románico cuesta 2€ cada una. Se puede comprar una entrada conjunta para visitar tres iglesias por 7€, y por 8€ la entrada combinada incluye la entrada al Centro del románico. Se pueden comprar por internet, en la oficina de turismo de la Vall de Boí o en las mismas iglesias.
Además, la oficina de turismo ofrece visitas guiadas en fechas concretas a las iglesias principales. Lo podéis consultar en su web.
Las iglesias de Sant Feliu en Barruera, la Nativitat y la ermita de Sant Quirc en Durro, Santa Maria en Cardet i l’Assumpció de Cóll solo se pueden visitar durante los meses de verano.
Dónde dormir en la Vall de Boí
Nos alojamos en la Casa del Batlle, una casa rural situada en la minúscula población de Sarroqueta que hasta hace pocos años había estado casi despoblada. La casa rural fue construida en un antiguo granero y cuenta con cinco apartamentos totalmente equipados. Nosotros nos alojamos en el apartamento «el Horno» que cuenta con dos habitaciones (una doble y una con dos camas individuales), un salón comedor con cocina equipada (horno, microondas y lavavajillas) y un baño. También hay apartamentos para hasta ocho personas.
La casa cuenta con zonas comunes grandes, dos patios con barbacoa, una gran zona de juegos infantil y piscina. Además, la casa tiene algunos animales como un conejo peludito, un cerdo vietnamita, un caballo que pasta en el campo contiguo y un perro ansioso de cariñitos. Ideal para los pequeños y no tan pequeños de la familia.
El apartamento rural para dos personas cuesta 90€ por noche los fines de semana y se puede reservar a través de Tuscasasrurales.com.
Que lugar mas impresionante para visitar.