Durante nuestra estancia en Pingyao, nos aojamos en el Hotel Yide, un precioso hotel situado en el centro de la ciudad amurallada, en una casa de más de 275 años de antigüedad.
La casa fue construida en el año 1736 por un rico mercader durante el reinado del emperador Qianlong, y está en un callejón cercano a una de las arterias principales de la ciudad, la calle Nan Dajie. Para llegar allí desde la estación pedimos que nos viniera a buscar un taxi, que nos costó 20 yuanes, y fue una buena idea porque encontrar el hotel puede ser complicado si no se conoce la zona.
Al ver la fachada al fondo del callejón, pensé que sería un sitio muy cutre, pero no podía estar más equivocada. La casa se compone de diversos patios rodeados por las distintas habitaciones y, aunque desde fuera tiene un aspecto vetusto, el interior está muy cuidado.
Nos asignaron una habitación estándar, que son las más baratas y sencillas del hotel. Nada más entrar, nos llamó mucho la atención la enorme cama de estilo Kang, el tipo de cama típico del periodo Qing y Ming. Lo más curioso de la cama es que está sobre una tarima hecha de ladrillos por donde pasa un sistema de calefacción que se usa en invierno. A pesar de ser una casa antigua, la habitación tenía todo el equipamiento moderno habitual en hoteles, como televisión de plasma, aire acondicionado y wi-fi, lo que, combinado con el estilo tradicional chino de los muebles, le daba un aire muy chic. Quizás lo más justo de la habitación es el baño, ya que la ducha está entre la taza del váter y la pica de las manos, pero antiguamente las casas chinas no tenían baño en las habitaciones, así que este se añadió a posteriori cuando se creó el hotel y con las dificultades de espacio que comporta un cambio así.
El hotel también tiene un pequeño restaurante en el que sirven el desayuno y comidas a la carta. Me gustó mucho porque tenía una decoración muy cuidada y era un lugar en el que se estaba cómodo y donde apetecía pasar tiempo. Además, la comida estaba muy buena. Uno de los mejores recuerdos del viaje fue cuando, después del largo viaje en tren, pasamos unos momentos de gran serenidad sorbiendo té y leyendo en el restaurante después de comer, mientras el sol se colaba por la ventana. Es un oasis de tranquilidad en medio del bullicio de una ciudad china.
Me gustaría destacar especialmente el personal el hotel Yide, que nos ayudó en todo momento escribiéndonos frases en chino para poder cambiar nuestros billetes de tren e incluso volviendo por la noche expresamente para gestionar nuestros billetes de autobús para ir a Xi’an al día siguiente. Fueron muy atentos, así que un diez para ellos.
La habitación doble estándar cuesta 520 yuanes e incluye el desayuno. El precio es un poco elevado, pero no siempre se duerme en una casa con tanta historia. Además, pasear por los patios antiguos de piedra o tumbarte en una cama típica china con su mesilla incorporada es todo un gustazo y hace que la visita a esta ciudad tan cargada de historia se disfrute aún más. A continuación podéis ver el vídeo que hicimos para que os hagáis una mejor idea de cómo es este hotel.
Curiosa coincidencia, ¡sí señor!
Hemos cruzado nuestras entradas sobre Pingyao 🙂 se ve que los Reyes nos han traído unos buenos recuerdos de nuestros viajes a China. Sin duda, Pingyao también fue de lo mejor del nuestro, una ciudad fantástica.
Está bien darse un capricho y dormir en una casa con historia de vez en cuando 🙂
Hola!
Pues sí que es una coincidencia. El hotel es precioso y en pleno centro de la ciudad. Me encantó poder dormir en un sitio con tanta historia.
Pues tiene pinta de tener mucho encanto. Y si, además, el personal es amable, mejor que mejor.
¡Lo tendremos en cuenta!
Un saludo 😉
Hola Helena,
Sí, súper amable. La pobre encargada viniera expresamente para arreglarnos el billete de autobús del día siguiente, esto no lo hacen en todos lados y nos ayudaron mucho ^^
La verdad es que tiene una pinta increíble. Un gran sitio y si que parece que ser respira tranquilidad y paz, o al menos eso trasmiten tus fotos.
Hola María,
Sí se respiraba mucha paz y historia, me encantó la estancia allí. 😀
Hola Isabel.
Vaya suerte por la invitación, Isabel. Tomo nota por si algún año me animo a conocer China.
Abrazos.
Hola Antonio,
Si vas a China no puedes dejar de visitar Pingyao, pero entre semana que los findes está a petar…
Pues mira que no parecía gran cosa el hotel y al final el interior era una pasada, gran vídeo, cada vez se te ve más natural 😀
Ja, ja, ja! Le voy pillando el truquillo a esto de los vídeos, además es una manera genial de mostrar sitios, como los hoteles 😀
Pues a mí la habitación me ha encantado y como bien dices, dormir en un lugar con tanta historia está guay. Me apuntaré el lugar por si alguna vez voy por esa zona!! Un abrazo! 😉
Hola Adela,
Quizás el baño es lo que le falla un poco, pero es dificil ubicar un baño en una casa con tanta historia y no destrozar el legado.
Un beso,