Hace unos años, Alex Gorina me invitó a ver una película rusa en los cines Verdi Park. Era una sesión especial que organizaba para los oyentes de su programa de cine «La finestra indiscreta«. Al principio, pensé que sería un auténtico rollazo, pero después de venirse a bien a invitarme, decidí ir a verla. El film en cuestión era El arca rusa de Alexander Sokurov, una película filmada en el Hermitage con motivo del tercer centenario de la fundación de San Petersburgo, y que recrea la vida en el palacio de los zares durante su máximo esplendor. Es famosa porque se rodó en una sola toma, con 2000 actores y por 33 estancias del Palacio de Invierno. Una obra maestra.
Hoy en día, el palacio es el más famoso de los 400 museos de San Petersburgo, y uno de los más conocidos del mundo: el Hermitage. La colección de pinturas del museo la inició Catalina II en el año 1764, tras comprar 225 obras al berlinés Johann Gotzkowski, que luego expuso en sus salas de retiro conocidas como «el refugio del ermitaño”. Poco a poco, la colección se fue ampliando hasta llegar al número actual de 2.800.000 piezas, gran parte de ellas confiscadas o nacionalizadas por la Unión Soviética durante las décadas de los años 20 y 30, lo que lo convierte en la actualidad en uno de los museos más importantes del mundo.
El Palacio de Invierno
La entrada al museo cuesta 400 rublos, pero Nastia había trazado un plan magistral para intentar ahorrarnos algunas entradas. Ella tenía el carnet de estudiante ruso (con el que entra gratis en todos los museos) y, como al entrar en el museo no te piden el carnet (solo lo piden en la taquilla al comprar), decidió ir a buscar una entrada a cada una de las tres taquillas independientes que hay. Al final, solo tuvimos que comprar una y entramos sin ningún tipo de control.
Este magnífico palacio fue construido entre 1754 y 1762 por el arquitecto B.F. Restrelli para la emperatriz Isabel Petrovna siguiendo el estilo barroco ruso y fue residencia de los zares hasta 1917. Lo que más impresiona nada más entrar en el museo es la escalera principal, también llamada de los embajadores, totalmente de mármol blanco con las paredes recubiertas de molduras doradas que relucen con la luz de las ventanas. Mirando embobados a un lado y al otro, fuimos pasando por los aposentos del palacio. En la sala de la malaquita destacan los objetos y columnas hechas con esta piedra verdosa. También la sala blanca que, como bien indica su nombre, es totalmente blanca y está inspirada en las antiguas basílicas de la época romana. El salón dorado, el comedor verde (donde el gobierno provisional fue arrestado en octubre de 1917) y la biblioteca gótica construida en 1890.
La sala del pabellón del palacio de invierno
Sin duda, la sala que más impresiona del Palacio de Invierno es la sala del pabellón. Fue construida en 1858 y ocupa casi por completo el primer piso del «pequeño» Hermitage. De hecho, este edificio está unido al resto del palacio y uno apenas se percata de que ha pasado una parte a otra. Destacan sus columnas blancas y los detalles dorados. Incluso tiene un mosaico en el suelo replica de uno que hay en el Vaticano y un reloj la mar de extravagante, con la forma de un pavo, un arbusto y un búho totalmente dorados y de dimensiones descomunales que se mueven al son de las horas. La sala es muy bonita, pero fue una lástima que llegáramos allí justo cuando todos los cruceristas estaban haciendo su tour express por el museo. Allí había, todas juntas, miles de personas que caminaban como autómatas siguiendo al guía de turno, sin importarles lo más mínimo si se llevaban a alguien por delante.
El museo del Hermitage
Hasta ahora os he estado hablando del las salas del Palacio de Invierno, que es uno de los edificios que alberga el museo del Hermitage. En esta zona, además de salas de exposición, también hay algunas totalmente restauradas con el mobiliario y el mismo aspecto que tenían durante la época de los zares.
Es muy importante que antes de entrar en el museo os hagáis con un plano (disponible en español) donde se indica la situación de todas las obras, clasificadas por país o corriente artística. También os recomiendo que alquiléis una audio guía nada más cruzar el control de seguridad (también disponibles en español) para poder tener información de las obras más importantes del museo.
Pero lo principal es que planifiquéis qué es lo que queréis ver. Solo ver la salas del palacio te puede llevar medio día y sí a eso le sumas las obras de arte, uno puede acabar con el mal de Stendhal o no acabar viendo nada. Por ejemplo, nosotros decidimos que queríamos visitar la sala de Inglaterra, la de España, parte de la de Italia (que es enorme), la de Leonardo Da Vinci, la de Francia de los siglos XIX – XX, la de oriente antiguo y la del lejano oriente y Asia Central. De paso, también vimos una exposición itinerante de fotografías de Annie Leibovitz y varias galerías más, pero casi sin pararnos para no perder el tiempo y la razón por el camino.
No se pueden entrar comida ni bebida, pero soprendentemente los precios de la cafetería no son nada exhorbitantes. Comimos una porción de empanada de arroz, salmón y crema agria por 100 rublos. Tanto las porciones de pastel, como las bebidas salían todas por más o menos 100 rublos la unidad (2,6€).
Nos pusimos a la cola a las 10 de la mañana y salimos del museo a las cinco y media de la tarde, exhaustos, pero especialmente en mi caso con la sensación de casi no haber visto nada. Mi atención se desviaba inconscientemente hacia las paredes del palacio. Tal vez se empiece realmente a asimilar el museo en la segunda o tercera visita.
Nada más salir, decidimos ir a comer al Yolki Palki. Es una cadena de restaurantes que abre 24 horas y que tiene un menú bufet de ensaladas por 375 rublos. Pedimos lo siguiente: sopa de champiñones, ternera tierna con salsa de arándanos y patatas fritas con miel, bistec Strogonof, sartén de patatas con champiñones y pollo, y koliet de pollo (parecido a la hamburguesa). La cena de los cuatro nos costó en total 1400 rublos (36€). Por cierto, no os he puesto los nombres en ruso porque en el Yolki Palki tienen una carta en inglés con fotos de las comidas que facilita mucho pedir los platos. Después de la cena temprana, nos despedimos y quedamos en vernos al día siguiente para visitar el parque de Peterhof.
Datos de interés:
1. Museo Hermitage. Si no tenéis ningún descuento para estudiantes, lo mejor es que compréis la entrada en la web del museo. Sale un poco más cara, pero os ahorraréis la enorme cola que hay. Otra opción es llevar 400 rublos exactos y comprar las entradas en las máquinas de venta que hay en el patio del museo. Entrada: 400 rublos, audio guía: 350 rubos. Permiso para hacer fotos: 200 rublos.
2. Restaurante Yolki Palki. Bufet libre de ensaladas: 375 rublos. Sopa de champiñones: 215 rublos, ternera con salsa de arándanos: 305 rublos, bistec Strogonof: 335 rublos, patatas con champiñones y pollo a la sartén: 345 rublos.
En museos que son tan grandes es verdad que es mejor tener claro que se quiere visitar porque o dispones de muchos días o sino es una locura.
Así que para hacer fotos hay que pagar un permiso… Bueno, mejor así que no estar haciendo fotos de estrangis que salen de cualquier manera!! jejejeje
Saludos
Hola M.C.!
Bueno, yo pagué el permiso porque como una entrada no la pagué me supo un poco mal, pero allí dentro estaba todo el mundo haciendo fotos y seguro que nadie pagó nada. Los vigilantes no están mucho por esas cosas…
La foto inicial preciosa…
En cuánto a los museos, la verdad es que vamos un poco a lo turista y los disfrutamos poco.
Yo dónde me quedé prendado fue en los Ufizzi con la Venus de Boticelli, que preciosidad, señor! hasta se me olvidaron las tres horas de cola a 35ºC
Isabel, tú lo que más disfrutaste del día, fue la cena, no? 😀
Hola Sergio!
Me alegro que te guste la foto de portada! ^^ Yo no entré en la Galeria de los Uffici, lo tengo pendiente porque las dos veces que he ido a Florencia solo he pasado 24 horas en la ciudad… Je, je! La cena fue de lo mejor! :9
La verdad es que en estos museos enormes es conveniente hacer una lista con prioridades porque sino puedes salir de allí totalmente loco y para el arrastre…
Totalmente de acuerdo, es para volverse loco.
Esos truquillos te ahorran un montón de pasta, jejejeje. La verdad es que no soy de entrar en muchos museos pero este creo que merece una visita así que espero poder ir para allá algún día!!! Un abrazo. 😉
La clave del post esta en la jugada maestra para entrar al museo! jeje.
La verdad que los museos tan grandes nos tiran para atras. Somos mas de visitar pequeños museos y con alguna tematica en particular.
Saludos!
Hola Rafa!
A mi no me gustan nada los museos, soy más de pasear por las ciudades, pero el Hermitage es una pasada. Merece pasar un par de días en él como mínimo. ^^
si, esta bien tener referencias para no gastar a lo tonto en plan turista. Una vez despues de comer en un restaurant, cuando ya me levantaba un camarero me sentó de muy malas formas por que faltaba la propina!!!
Pues que mal educado. Que yo sepa la propina es opcional si el servicio es bueno, no es obligatoria. En EEUU por lo general el servicio siempre es excelente pero en un resturante fue nefasto y me fui sin dejar propina, no se la merecian…
Por cierto, nos hemos acordado de tu genial trabajo y te hemos dejado un regalito en nuestra entrada de esta semana!
Un abrazo!
Muchas gracias! 😀
El Hermitage es la visita que más me llama la atención de San Petersburgo, me encantan los museos, especialmente de estas características, eso sí, menuda suerte la vuestra de no tener que pagar todas las entradas, tocará echarse algún amiguete ruso jaja
Eso del permiso para hacer fotos… que le costará dejarnos que compartamos la cultura, suficiente vale la entrada, como para ir cobrando suplementos.
Hola Isabel, te escribo desde Córdoba, , Argentina. Ya que estoy organizando viajar a Rusia en mayo del próximo año, y quería consultarte unas cositas sobre el Ermitage. Las colas en la entrada son solo para comprar el ticket, o también para entrar? Voy con mi novia y mi abuela y estoy pensando en que si es solo para el ticket, podría ir antes para comprarla y que mi abuela no haga fila.
La maquina del lugar no sirve para comprar las entradas con el descuento de la tarjeta de estudiantes ISIC?
Voy a estar 4 dias en San Petersburgo. Si tienes alguna recomendacion, sera bienvenida.
Muchas gracias por tu aporte. Un afectuoso saludo desde aqui.
Marcos.
El artílculo buenísimo, voy próximamente y me ha ayudado bastante a clarificar ideas. Solo una cosa: Hermitage es con «h»
Hola Ma José!
Cierto, en catalán se escribe sin h y hemos tenido un pequeño cruce de cables. Gracias por avisarnos 🙂
Isabel: tienes una lista de las pinturas y esculturas más importantes para ver?
Aquellas que creas imprescindibles. Te agradeceré la información!
Hola Carlos,
No, no tengo lista. Lo mejor es que visites las galerías de los movimientos artísticos que te interesen.
Aunque si te soy sincera, me pasé más tiempo mirando el palacio que los cuadros…
Gracias Isabel por tu consejo!